domingo, 3 de enero de 2016


¿ la enfermedad  maldición o  bendición?

 Texto: “Señor, he aquí el que amas está enfermo." Juan 11: 3 Este texto registra el mensaje que Marta y María enviaron a Jesús cuando su hermano Lázaro estaba enfermo: "Señor, he aquí el que amas está enfermo." Ese mensaje era corto y simple. Muestra la fe de estas mujeres, semejante a la fe de un niño. Ellas se volvieron al Señor Jesús en la hora de su necesidad, como el aterrado niño que se vuelve a su madre. Ellas se volvieron a Él como su Pastor, su Amigo todopoderoso, su Hermano disponible en la adversidad. Diferentes como eran en temperamento natural, las dos hermanas estaban totalmente de acuerdo en este asunto. En lo primero que pensaron en el día de la adversidad fue en la ayuda de Cristo, él era el refugio al que acudieron en la hora de necesidad. Ellas llaman a Lázaro, "el que amas." No dicen, "el que Te ama, el que cree en Ti, el que Te sirve," sino "el que amas." Marta y María habían sido enseñadas profundamente por Dios. Ellas habían aprendido del amor de Cristo por nosotros, y no nuestro amor por Cristo, es la base verdadera de la expectativa, y el verdadero cimiento de la esperanza. Mirar en nuestro interior nuestro amor por Cristo es dolorosamente insatisfactorio: mirar hacia fuera al amor de Cristo por nosotros, es paz. Lázaro era un buen hombre, convertido, creyente, regenerado, santificado, un amigo de Cristo, y un heredero de la gloria. ¡Y sin embargo Lázaro estaba enfermo! Entonces la enfermedad no es una señal que Dios está disgustado. Esta tiene por intención ser una bendición para nosotros y no una maldición. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." "Sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo porvenir, todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios." (Romanos 8: 28; 1 Corintios 3: 22, 23.) Dichosos aquellos que pueden decir cuando están enfermos: "Esto es obra de mi Padre. Debe ser algo bueno." El tema de la enfermedad. Es un tema que con frecuencia debemos mirar de frente. No podemos evitarlo. No se necesita el ojo de un profeta para ver que la enfermedad nos visitará algún día. "En medio de la vida estamos en la muerte." Amados y amadas La enfermedad está en todas partes. en todas las clases sociales. La gracia no coloca al creyente fuera de su alcance. Las riquezas no pueden comprar la su exención. El rango no puede prevenir sus asaltos. Los reyes y sus súbditos, los señores y sus siervos, los ricos y los pobres, los educados y los incultos, los maestros y los estudiosos, los doctores y los pacientes, los ministros y quienes los escuchan, todos por igual se inclinan ante este gran enemigo.
La enfermedad puede ser de cualquier tipo y descripción. Desde la coronilla hasta la planta del pie estamos expuestos a la enfermedad. Nuestra capacidad de sufrir es algo espantoso de contemplar. ¿Quién puede contar las dolencias que asaltarán a nuestra estructura corporal? La enfermedad es a menudo una de las pruebas más humillantes y penosas que pueden venir a un hombre. Puede convertir al más fuerte en un pequeño niño, y hacerlo sentir que "la langosta será una carga." (Eclesiastés 12: 5) Puede acobardar al más valiente, y hacerlo temblar con la caída de un alfiler. La conexión entre cuerpo y mente es curiosamente cercana. La influencia que algunas enfermedades pueden ejercer sobre el carácter y el ánimo, es inmensamente grande. Hay dolencias del cerebro, y del hígado, y de los nervios, que pueden reducir a alguien con una mente como la de Salomón, a un estado apenas mejor que el de un bebé. Quien quiera saber a qué profundidades de humillación puede caer un pobre hombre, sólo tiene que estar presente durante un corto tiempo junto al lecho de un enfermo. La enfermedad no puede prevenirse mediante algo que el hombre pueda hacer. La duración promedio de vida puede sin duda alargarse un poco. La habilidad de los doctores puede descubrir continuamente nuevos remedios, y lograr curaciones sorprendentes. La aplicación de sabias regulaciones sanitarias puede reducir grandemente la tasa de mortalidad en una comunidad. Pero, después de todo, ya sea en comunidades saludables o en lugares insanos, ya sea en climas cálidos o fríos, ya sea con tratamientos homeopáticos o alopáticos, los hombres se enferman y mueren. "Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos." (Salmo 90: 10) Ese testimonio es ciertamente verdadero. Lo era cuando fue escrito hace 3,300 años, y todavía lo es al día de hoy.
Ahora, ¿cómo debemos interpretar este gran hecho: la preponderancia universal de la enfermedad? ¿Cómo podemos explicarlo? ¿Qué explicación podemos dar al respecto? ¿Qué respuesta le daremos a nuestros hijos cuando nos pregunten: "papá, por qué se enferma la gente y muere?" Estas preguntas son muy serias. No estarán fuera de lugar unas cuantas palabras acerca de ellas. ¿Podemos suponer por un instante que Dios creó la enfermedad y la dolencia al principio? ¿Podemos imaginar que Aquél que formó nuestro mundo con tan perfecto orden fue a su vez el Formador del sufrimiento innecesario y del dolor? ¿Podemos pensar que Quien hizo todas las cosas y todo "era bueno en gran manera," hizo que la raza de Adán se enfermara innecesariamente y muriera? La única explicación es la que proporciona la Biblia. Algo ha venido al mundo que ha destronado al hombre de su posición original, y lo ha despojado de sus privilegios originales.
Algo se ha metido, como un puñado de arena introducido en una maquinaria, ha dañado el orden perfecto de la creación de Dios. Y ¿qué es ese algo? El pecado. "El pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte." (Romanos 5: 12) es la causa original de toda dolencia y enfermedad, del dolor y sufrimiento que predominan en la tierra. Todos ellos son parte de la maldición que cayó sobre el mundo cuando Adán y Eva comieron el fruto prohibido y cayeron. No habría habido enfermedad, si no hubiera habido caída. No habría habido enfermedad, si no hubiera habido pecado. Veamos algunos puntos El hombre ha pecado, y por tanto el hombre sufre. Adán cayó de su primer estado, y por tanto los hijos de Adán se enferman y mueren. El predominio universal de la enfermedad es una de las evidencias indirectas que la Biblia es verdadera. La Biblia lo explica. La Biblia responde a las preguntas acerca de ese predominio, que puedan surgir en cualquier mente inquisitiva. Ningún otro sistema religioso puede hacer esto. Todos fracasan aquí. Están callados. Están confundidos. Únicamente la Biblia se enfrenta al tema. Valerosamente proclama el hecho que el hombre es una criatura caída, y con igual valor proclama un vasto sistema de rehabilitación para suplir sus necesidades.
La Biblia es de Dios. El cristianismo es una revelación del cielo. "Tu palabra es verdad." (Juan 17: ).
Aunque usted no lo crea podemos hablar de BENEFICIOS QUE LA ENFERMEDAD CONFIERE. La enfermedad es uno de los supuestos puntos débiles del gobierno de Dios en el mundo, acerca del cual les encanta reflexionar a las mentes escépticas. "¿Puede ser Dios un Dios de amor, cuando Él permite los dolores? ¿Puede ser Dios un Dios de misericordia, cuando Él permite la enfermedad? Él podría prevenir el dolor y la enfermedad, pero no lo hace. ¿Cómo pueden existir tales cosas?" Tal es el razonamiento que a menudo aparece en el corazón del hombre. La semilla es lanzada al suelo y se pudre: pero nosotros sembramos con la esperanza de una cosecha futura. El padre de una familia es sometido a una terrible operación quirúrgica: pero él la soporta con la esperanza de una salud futura. ¡Amados y amados apliquen este gran principio al gobierno de Dios en el mundo! crean que Dios permite el dolor, la enfermedad, y las dolencias, no porque quiera vejar al hombre, sino porque Él desea beneficiar al corazón, y a la mente, y a la conciencia, y al alma del hombre por toda la eternidad. Yo sé del sufrimiento y el dolor que la enfermedad conlleva. Yo admito la miseria y desdicha que trae consigo cuando nos visita. Pero no puedo considerarla un mal puro, sin mezcla. Yo veo en ella un sabio permiso de Dios. Veo en ella una provisión útil para frenar los estragos del pecado y del diablo en las almas de los hombres. Si el hombre no hubiera pecado nunca, tendríamos muchos problemas para discernir el beneficio de la enfermedad. Piénselo bien, la enfermedad es una bendición de la misma manera que es una maldición. Pero es un real amigo para el alma del hombre. Veamos estos 5 puntos sobre la Enfermedad:(a) AYUDA A RECORDAR LA MUERTE La mayoría vive como si nunca se fuera a morir. Hacen sus negocios, o buscan el placer, o se dedican a la política o a la ciencia, como si la tierra fuera su eterno hogar. Planean y diseñan sus esquemas para el futuro, como el rico insensato de la parábola, como si tuvieran un largo contrato de vida, y fueran huéspedes aquí a voluntad. Una grave enfermedad es de gran ayuda para disipar estos engaños. Hace despertar a los hombres de sus ensueños, y les recuerda que tienen que morir, así como tienen que vivir.
(b) HACER PENSAR SERIAMENTE EN DIOS, y en sus almas y en el mundo venidero. La mayoría de la gente, cuando goza de salud, no tiene tiempo para tales pensamientos. Les disgustan. Los echan fuera. Los consideran molestos y desagradables. Pero una severa enfermedad tiene a veces un maravilloso poder de convocar y reunir estos pensamientos, y de ponerlos a la vista del alma del hombre. (c, ) SUAVIZA LOS CORAZONES y les enseña sabiduría. El corazón natural es tan duro como una piedra. No puede ver ningún bien en nada que no sea de este mundo, y ninguna felicidad excepto en este mundo. Una larga enfermedad algunas veces es de mucha ayuda para corregir estas ideas. Expone el vacío y la falsía de lo que el mundo llama cosas "buenas," y nos enseña a sostenerlas sin una mano firme. El hombre de negocios descubre que el dinero en sí no es todo lo que el corazón requiere. La mujer mundana encuentra que los vestidos costosos, y la literatura, y las crónicas de las fiestas y de las óperas, son miserables consoladores en la habitación de un enfermo. Ciertamente, todo lo que nos obligue a alterar nuestros pesos y medidas de las cosas terrenales es un bien real. (d) NOS AYUDA A INCLINARNOS Y A HUMILLARNOS Todos nosotros somos por naturaleza orgullosos y altivos. Pocos, incluyendo los más pobres, están libres de esta infección. Habrá muy pocos que no vean con desprecio a otros, y que no se adulen a sí mismos en secreto porque no son "como los otros hombres." Una cama de enfermo es una domadora poderosa de pensamientos como éstos. Fuerza en nosotros la clara verdad que todos nosotros somos pobres gusanos, que "habitamos en casas de barro," y que somos "quebrantados por la polilla" (Job 4:19), y que reyes y súbditos, señores y siervos, ricos y pobres, todos son criaturas que mueren, y que pronto estarán lado a lado en el tribunal de Dios. No es fácil ser orgulloso ante el féretro y la tumba. Ciertamente, todo lo que nos enseñe esa lección es bueno. (e) AYUDA A PROBAR LA RELIGIÓN DE LOS HOMBRES, de qué tipo es. la enfermedad es a veces más útil para el hombre al exponer la total falta de valor del cimiento de su alma. A menudo le muestra que no tiene nada sólido bajo sus pies, y nada firme bajo su mano. Lo hace descubrir que, aunque pudo haber tenido una forma de religión, ha estado toda su vida adorando "un dios no conocido." Muchos credos lucen bien sobre las aguas tranquilas de la salud, pero se vuelven totalmente falsos e inútiles sobre las aguas agitadas del lecho de enfermo. Las tormentas invernales sacan a luz a menudo los defectos de una casa, y la enfermedad expone a menudo la falta de gracia del alma de un hombre. Ciertamente, todo lo que nos haga descubrir el carácter real de nuestra fe, es bueno. La enfermedad no confiere beneficios a todos a quienes visita. Millones de personas son tumbadas anualmente por la enfermedad, y su salud es luego restaurada, quienes evidentemente no aprenden ninguna lección en su lecho de enfermos, y regresan nuevamente al mundo. Millones pasan anualmente a la tumba a través de una enfermedad, y sin embargo no reciben de ella una impresión más espiritual que las bestias que perecen. En muchas mentes, la enfermedad es el "día de visitación" de Dios, los sentimientos son continuamente sacudidos sobre el lecho, y allí son alcanzados por la gracia de Dios, resultando esto en la salvación, en tierras paganas la enfermedad pavimenta el camino para el misionero, y hace que el pobre idólatra preste un oído atento a las buenas nuevas del Evangelio. En nuestro propio país, la enfermedad es una de las grandes ayudas para el ministro del Evangelio, los sermones y los consejos a menudo son efectivos en el día de la enfermedad, pero han sido desatendidos cuando se goza de salud. Yo creo que la enfermedad es uno de los instrumentos subordinados más importantes en la salvación de los hombres, y que aunque los sentimientos que provoca son muchas veces temporales, a menudo es un medio por el cual el Espíritu obra eficazmente en el corazón. Resumiendo, creo firmemente que La enfermedad corporal de los hombres ha conducido a menudo, en la maravillosa providencia de Dios, a la salvación de las almas de los hombres. Si la enfermedad en un mundo perverso puede ayudar a hacer que los hombres piensen en Dios y en sus almas. ¿Sera entonces la enfermedad una maldición o una bendición? ¿Una ayuda o una lesión? ¿Una ganancia o una pérdida? ¿Un amigo o un enemigo para la humanidad? Mientras tengamos un mundo en el que hay pecado, es una misericordia que exista la enfermedad.
Entonces preguntémonos ahora. En un mundo de enfermedad y muerte, ¿qué debo hacer?"(a) vivir habitualmente preparado para encontrarse con Dios. La enfermedad es un recordatorio de la muerte. La muerte es la puerta que todos debemos atravesar para llegar al juicio. El juicio es el tiempo cuando debemos finalmente ver a Dios cara a cara. Ciertamente la primera lección que el habitante de un mundo enfermo y agonizante debe aprender, es que debe estar preparado para su encuentro con Dios. (b) vivir habitualmente listos para soportarla pacientemente. Sin duda la enfermedad es una prueba para la carne y la sangre. Sentir nuestros nervios trastornados y nuestra fuerza natural abatida, tener la obligación de estar sentados quietos y estar separados de todas nuestras actividades usuales, ver nuestros planes desbaratados y nuestros propósitos frustrados, soportar largas horas y días y noches de debilidad y dolor; todo esto es una severa presión sobre la pobre naturaleza humana pecadora. ¡No debería sorprendernos si la impaciencia y la irritabilidad nos llegan por medio de la enfermedad! Ciertamente en un mundo moribundo como éste, deberíamos estudiar la paciencia. (c) disponibilidad habitual para compartir el sentimiento y ayudar a sus compañeros. La enfermedad no está nunca muy lejos de nosotros. Son pocas las familias que no tienen algún pariente enfermo. Pocas son las parroquias donde no encontrarán a algún enfermo. Pero donde haya enfermedad, hay un llamado al deber. Una pequeña ayuda oportuna en algunos casos, una amable visita en otros, una pregunta amigable, una simple expresión de simpatía, pueden hacer mucho bien. Estos son los tipos de cosas que suavizan las asperezas, y unen a los hombres, y promueven sentimientos buenos. Estas son formas mediante las cuales puedes al fin conducir a los hombres a Cristo y salvar sus almas. Estas son buenas obras para las cuales cada cristiano que profesa debe estar preparado. En un mundo lleno de enfermedad y dolencias debemos "sobrellevar los unos las cargas de los otros," y "ser benignos unos con otros." (Gálatas 6: 2; Efesios 4: 32.)Estas cosas, me atrevo a decir, pueden parecer cosas sin importancia para algunos. ¡Deben estar haciendo algo importante, y grandioso y sorprendente y heroico! Permítanme decir que la atención consciente a estos pequeños actos de amabilidad fraternal es una de las evidencias más claras de tener "la mente de Cristo." Son actos en los que nuestro Bendito Señor mismo fue abundante. Él siempre "anduvo haciendo bienes" a los enfermos y oprimidos. (Hechos 10: 38.) Son actos a los que Él asigna gran importancia en ese muy solemne pasaje de la Escritura, la descripción del juicio final. Él dice allí: "estuve enfermo, y me visitasteis." (Mateo 25: 36)¿Tienes algún deseo de demostrar la realidad de tu caridad: esa gracia bendita de la que tanto se habla, pero que muy pocos practican? Si lo tienes, ten cuidado del egoísmo insensible y del descuido de tus hermanos enfermos. Búscalos. Ayúdalos si necesitan apoyo. Muéstrales simpatía. Trata de aligerar sus cargas. Sobre todo, esfuérzate por hacer bien a sus almas. Te hará bien aunque no les haga bien a ellos. Prevendrá tu corazón de la murmuración. Puede ser una bendición para tu propia alma. Yo creo con firmeza que Dios nos está probando y examinando por medio de cada caso de enfermedad a nuestro alcance. Al permitir el sufrimiento, Él comprueba si los cristianos tienen algún sentimiento. Tengan cuidado, no sea que al ser pesados en la balanza, sean hallados faltos. Si ustedes pueden vivir en un mundo enfermo y moribundo sin sentir nada por otros, tienen mucho que aprender todavía. Quiero concluir el tema una pregunta y un consejo:(1) ¿qué harán cuando estén enfermos?(2) En siguiente lugar, un consejo a todos aquellos que sientan que lo necesitan y quieran recibirlo, a todos aquellos que todavía no estén preparados para su encuentro con Dios. Ese consejo es breve y simple. Conoce al Señor Jesucristo sin demora. Arrepiéntete, conviértete, vuela a Cristo, y sé salvo. O posees un alma o no la posees. Ciertamente nunca negarás que la tienes. Entonces, si tienes un alma, busca la salvación de esa alma. De todos los riesgos del mundo, no hay otro más terrible que el del hombre que vive sin estar preparado para su encuentro con Dios, y sin embargo, pospone el arrepentimiento. O tienes pecados o no los tienes. Si los tienes, y ¿quién se atreverá a negarlo?, apártate de esos pecados, termina con tus transgresiones y vuélvete de ellos sin demora. O necesitas un Salvador o no lo necesitas. Si lo necesitas, huye a tu único Salvador hoy mismo, y clámale con fuerza para que salve tu alma. Pídele a Cristo de inmediato.
Búscalo mediante la fe. Entrega tu alma para que Él la guarde. Clama poderosamente implorando perdón y paz con Dios. Pídele que derrame el Espíritu Santo sobre ti, y que te haga un cristiano completo. Él te oirá. No importa lo que hayas sido, Él no rechazará tu oración. Él ha dicho: "Al que a mí viene, no le echo fuera." (Juan 6: 37)
 Recuerde que el poder del cristiano está en la oración. Mil Bendiciones y que la paz de Dios sea con ustedes .

AÑO NUEVO; UNA NUEVA OPORTUNIDAD

AÑO NUEVO; UNA NUEVA OPORTUNIDAD
Amados y Amadas, espero que la paz del todopoderoso este con todos ustedes en este comienzo del año 2016.
Vamos a leer en el libro de Los Salmos Capítulo 90 Versículo :12 
12 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría. 
 primero vamos a recordar  un concepto. Superstición.
¿Qué es la Superstición? es una creencia que no tiene fundamento racional y que consiste en atribuir carácter mágico o sobrenatural a determinados sucesos o en pensar que determinados hechos proporcionan buena o mala suerte. Tenemos como ejemplos de  supersticiones. Tirar cosas viejas a la calle el primer día de enero, Sacar las maletas para darle vuelta a la cuadra, creyendo que con esto viajaremos en el año entrante. Tener la alacena llena el primer día del año, esto garantiza la prosperidad. Abrir  las puertas de la casa a la medianoche para que el año viejo pueda salir. Hacer mucho ruido, para espantar  los malos espíritus para que no puedan ejercer una influencia negativa sobre el nuevo año. El final de un año y la llegada de uno nuevo nos acercan a la eternidad y sobre como lo utilizamos.  En el año 2015 Tuvimos 12 meses 365 días, 8.760 horas, 525.600 minutos, 31. 556. 926 segundos. como decía la canción  El tiempo que se va no vuelve
¿QUE PODEMOS HACER EN ESTE AÑO PARA ACERCARNOS MÁS A DIOS? Efesios 5:15-17 15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
1. Aprender del tiempo que se marcho. El tiempo que se ha ido es una escuela que nos revela un mundo de aprendizajes,de aquellas cosas que debimos hacer y no la hicimos, fracasos por no pedir el consejo, o no hacer caso al consejo o no consultar con Dios. 
2. Olvidar lo  que nos causó tristeza. El año viejo está muerto. Deséchalo y Suéltalo. –Hay personas que siguen viviendo en el pasado. No pueden olvidar los fracasos que experimentaron durante ese año,–La pérdida de un ser querido.–Un divorcio– Alguna desgracia familiar, Circunstancias por las cuales atravesamos el año pasado, que quedaron grabadas en nuestra mente y es difícil olvidarlas. El ayer ya paso. El año 2015 queda atrás. No podemos hacer nada de lo que ya no existe 
3."El ayer y el mañana no debe preocuparnos. Uno de esos días es el ayer, con sus errores e inquietudes, sus aflicciones y sus dolores, sus carencias y desaciertos. Ayer ha pasado y para siempre, se encuentra más allá de nuestro control.– No podemos anular ningún acto que hayamos realizado.– Borrar una sola palabra expresada– Enmendar un solo error irrevocablemente. Ayer ha pasado y para siempre. Déjalo ir.para que  preocuparnos por el Mañana, con sus posibles adversidades, sus preocupaciones, su enorme promesa y pobre ejecución. Mañana también está más allá de nuestro control inmediato. Mañana, el sol saldrá con esplendor o detrás de nubarrones, pero saldrá. Esto nos deja solo un día: ¡el Hoy! una persona puede pelear las batallas de solo un día.– Ayer y Mañana son preocupaciones inútiles. Resolvamos la jornada no más que un día a la vez". Mateo 6:34 dice: "Así, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal" pide a Dios que le ayude a vivir día por día   No hay razón para preocuparnos por aquello que no ha sucedido y tal vez ni sucederá. Pero el propósito de este día es de dar gracias a Dios porque nos permitió vivir un año más. Agradecidos con Dios de que, Todavía estamos aquí, porque Muchos no verán el amanecer del nuevo año.
  4 cosas Que debemos buscar este nuevo año

  1.      La Perfección. Es absolutamente necesario que un cristiano llegue a la perfección. ¿Acaso nunca han tenido un sueño en sus camas, cuando sus pensamientos andan libremente y la  imaginación corre, y su alma abre todas sus alas y flota por todo el infinito, agrupando cosas extrañas y maravillosas, de tal manera que el sueño se desenvuelve en algo como un esplendor sobrenatural? Pero, súbitamente fueron despertados, y ustedes lamentaron durante horas que el sueño no hubiera llegado a una conclusión. Y, ¿qué es un cristiano, si no llega a la perfección, amados un sueño inconcluso? Un sueño majestuoso de todas maneras, es cierto, lleno de las cosas que la tierra no hubiera conocido antes si no fuera porque son reveladas por el Espíritu a carne y sangre.
  2.  2. La Afirmación. No es suficiente que el cristiano haya recibido una perfección, si no es afirmado. Ustedes han visto el  arco Iris en el cielo cuando se hace visible: sus colores son gloriosos, y sus matices son raros.  Lo hemos visto muchísimas veces, pero nunca deja de ser "algo bellísimo y un gozo por siempre." Pero qué lástima del arco iris, no está afirmado. Se desvanece, y he aquí, ya no está. Y fíjense en esto, entre más bella es la visión, más desconsolada es la reflexión cuando esa visión se desvanece, y no queda nada sino oscuridad. Entonces, ser afirmado, es un deseo muy necesario para el cristiano. Que su carácter no sea como las letras escritas sobre arena, sino una inscripción en la roca. Que su fe no sea como las dos primeras casas del cuento del lobo y los cerditos," sino que esté construida con material de piedra cimentado y arraigados en el amor. Que sus convicciones sean profundas. Que su amor sea real. Que sus deseos sean sinceros. Que su vida entera esté establecida, fijada y afirmada, para que todas las ráfagas del infierno y todas las tormentas de la tierra sean incapaces de conmoverlos. Muchos estamos viejos, pero aún no hemos  sido afirmados. Una cosa es tener el cabello blanco por los años, pero otra cosa muy diferente es que obtengamos sabiduría.
  3. .      El Fortalecimiento. Hay algunos caracteres que parecen estar fijados y afirmados. Pero todavía carecen de fuerza y de vigor. No tiene la fuerza ni la vitalidad que debería morar en un cristiano. Pero una vez que se comienza una compenetración con Dios, una relación personal  con el creador, una súplica  en  oración y comience Dios a  responder, cuán fuerte se volverá. En todo el mundo no hay criatura tan fuerte como un cristiano cuando Dios está con él. Por último
  4.     El  Establecimiento."  Es  el resultado de la obtención gradual de las tres precedentes. "¡Establécete!" El árbol que es transplantado cada semana se morirá pronto. Es más, si fuera cambiado, no importa cuán hábilmente, una vez al año, ningún jardinero esperaría fruto de él. Cuántos cristianos hay que están siendo transplantado constantemente, incluso en cuanto a sus sentimientos doctrinales. Hay algunos que creen según el último predicador; y hay otros que no saben en qué creen, pero creen casi todo lo que se les dice.                                                                                     Permanezcan firmes e inconmovibles según se les ha enseñado,  "Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema." Estén firmes en su doctrina, mi oración es que estén especialmente establecidos en su fe. Dios les bendiga

martes, 12 de agosto de 2014

LA ACTITUD ANTE LA ORDEN DE DIOS

Jonás capítulo 4:1-11
 pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.2Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. 3Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.4Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?5Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad.6Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera.7Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó.8Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.9Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.10Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció.11 ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?

 Hermanos, parece mentira que un hombre de Dios, que un profeta de Dios haya tenido la clase de enfriamiento espiritual que tuvo Jonás. El que ha leído el Libro de Jonás, se ha dado  cuenta de ciertas cosas que hace este profeta .           Primero vemos que Jonás fue desobediente. Jonás trato de retirarse del oficio de profeta. Trato de negar la responsabilidad que Dios le dio de predicar Su Palabra. Esto lo vemos en el Capítulo 1.Después en el Capítulo 2, leemos acerca de su arrepentimiento. Estando dentro de ese gran pez, Jonás se arrepintió, Dios lo perdono, y eso causo que fuera a Nínive, a predicar y obedecer la voz de Dios. Y después vemos en el Capítulo 3, que debido a aquella tremenda predicación, sabemos que hubo un gran avivamiento en aquella ciudad. Hermanos y amigos, aquel pueblo se arrepintió de sus maldades y Dios tuvo misericordia. Ahora acuérdese que todo esto sucedió en los Capítulos 1 al 3del Libro de Jonás.  En el Capítulo 4 encontramos un Jonás muy diferente. Un Jonás con una actitud muy equivocada. Saben algo, si nosotros hubiéramos escrito el Capítulo 4 de este Libro, es muy probable, por la costumbre humana, que hubiéramos exaltado este hombre. Usted sabe que cuando uno se muere, siempre es una buena persona, siempre fue un buen marido, siempre fue buen padre, y se acostumbra decir mil alabanzas al difunto.
Pero hermano, tenemos que entender lo siguiente- fue Dios quien escribió este Libro- y es por esa razón es que Dios nos retrató a Jonás tal como él era. Dios nos conoce, y Dios siempre va a mostrarnos tal y como nosotros somos. Y esta es la razón mis hermanos, que Dios permitio este Capítulo 4 del Libro de Jonás. Dios quiere que aprendamos lo siguiente en esta mañana-Hermanos, aunque Jonás hizo muchas cosas buenas, Jonás se enfrió espiritualmente- y esto causo que Jonás fuera un rebelde de corazón y que perdiera la bendición de parte de Dios.
 LA ACTITUD DE JONAS vv. 1-4
“Pero Jonás se apesadumbro en extremo, y se enojó. Y oro a Jehová y dijo: Ahora o Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aun en mi tierra? Por eso me apresure a huir a Tarsis; porque sabía yo que Tu eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor  me es la muerte que la vida. ”v. 4 “Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?
Hermanos, es increíble como el hombre puede llegar a ser tan duro de corazón.    ¡Después de ver toda una cuidad convertirse a Dios, Jonás tuvo una actitud de enojo! En vez de regocijarse por lo que había sucedido, vemos en el Capítulo 4 a un profeta rebelde, enojado con todos y lo más triste, enojado con Dios!     Todos sus prejuicios Todos sus temores, volvieron a volcarse en su corazón. Y Jonás se arrepintió de haberle predicado a la cuidad de Nínive. Jonás, mis hermanos, es el cuadro perfecto del cristiano carnal. Aquel no soporta que la Palabra de Dios llega a lo más profundo de su corazón. Aquel que siempre anda enojado y lleno de quejas. Jonás llego a un punto tan bajo y tan lejos de Dios, que el prefirió enojarse que humillarse delante de Dios ¿Quiere usted saber si usted está lejos de Dios en esta mañana?- compara tu vida con las acciones de Jonás. Analicemos las acciones de Jonás.
1)         Jonás Se SENTO FUERA de La Cuidad v. 5“Y salió Jonás de la cuidad, y acampo hacia el oriente de la cuidad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver que acontecería en la cuidad. “Este hombre de Dios fue a sentarse fuera de la cuidad para ver lo que iba a pasar. Se puso muy cómodo. (Busco su silla favorita, puso la silla bajo la sombra, y de allí nadie lo movía! Cuantos cristianos hay que la única cosa que hacen es sentarse en la iglesia esperando ver lo que va pasar con el mundo!!Y estas personas en sus mentes creen que están tan bien con Dios, pero es todo lo contrario. Y mientras que están sentados, muy cómodos, todo está bien, pero en el instante que se habla del SERVICIO hacia Dios, en el momento que hablamos del TRABAJO del Señor-hacen lo mismo que Jonás - empiezan a enojarse y a quejarse!¿Y cuál es el servicio del Señor? - Escuchar la predicación el domingo en la mañana? No. Cualquiera puede sentarse y escuchar un sermón.- Creer en Dios? No. La Biblia dice que los demonios también creen en Dios.- Dar diezmos y ofrendar? No. Es fácil dar un dinero. ¿Entonces Cual es el Servicio del Señor? es  EL COMPARTIR TU FE CON AQUEL QUE NO CONOCE LA SALVACIÓN DE JESÚS.
Si usted nunca abre su boca para hablar de Cristo, usted está lejos de Dios. Hermano creyente, ¿me permites hacerle una pregunta ? -¿Es usted un cristiano cómodo? Es usted uno de estos creyentes que espera que todos los demás hagan el trabajo del Señor menos usted? Si usted es uno de estos-tienes un gran problema con tu Creador- y un día le vas a dar cuenta por tu DESOBEDIENCIA.
2) Fue Dar El Mensaje De Dios, Pero Fue Forzado Y No Salió De Su Corazón.
 Sabe porque  la predicación de Jonás fue forzado?” - Porque Jonás fue a predicar la Palabra de Dios a Nínive, pero en su corazón sabe lo que realmente deseaba? La destrucción de Nínive. Y sabe porque decimos esto, porque  la reacción que tuvo cuando vio que Dios los  perdono!
Muchos cristianos también, por sus actitudes equivocadas y frías, quieren que la ira de Dios realmente consuma los hombres. Nosotros hablamos del rapto, “quisiéramos que Dios llegara mañana.” Pero hermanos, en realidad esto es una actitud equivocada. ¿Saben porque? Porque hermanos, debemos amar la venida del Señor, pero debemos de trabajar antes de Su venida anhelando la SALVACIÓN de todo hombre y NO SENTARNOS COMO JONAS.
3) Jonás No Amaba Las Almas. ¿Sabe a quién amaba Jonás? SU PROPIA PERSONA. Leamos los versículos 6 al 9 v. 6 “Y preparo Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobra Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera. Pero al venir el alba del día siguiente, Dios prepara un gusano, el cual hirió la calabacera, y se seco.”v. 8 “Y aconteció que al salir el sol, preparo Dios un recio viento solano, y el sol hirió Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida. Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. “Saben lo que me enseñan estos versículos? Que Jonás tuvo más lastima por una calabacera, que por la vida de otro ser humano. En realidad el problema de Jonás tenía que ver con una sola cosa- grande con el EGOÍSMO. Si hermano, egoísmo! Debemos amar las almas perdidas.Permítame explicar.Llegamos a la iglesia, nos gozamos con las alabanzas, nos gozamos con la Palabra, decimos amen, levantamos las manos en alabanza a nuestros Dios-pero le pregunta en esta mañana, QUE HACE USTED PARA QUE OTRO TENGA EL GOZO QUE USTED TANTO DISFRUTA? Si no haces nada, te digo que tendrás mucho gozo, pero eres egoísta sabiendo que los que están a tu alrededor se van al Lago de Fuego!
Si usted no tiene la motivación para compartir a Cristo con los demás- mi oración es que usted salga de este lugar en esta mañana con un cambio de corazón. Quiero compartir 3 razones, tres motivaciones por la cual usted debe estar gozoso de hablarles  de Cristo a los demás.
CUATRO COSAS QUE MOTIVA EL CREYENTE COMPARTIR SU FE CON OTRO.
1. Tenemos Un Amor ETERNO  Jeremías 31:3  “Jehová se ha manifestado a mi hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongue Mi misericordia.” Hermanos, Dios nos ama con un AMOR ETERNO. Dios me ama más que mi madre Dios me ama más que mi esposa Dios me ama más que mi hija Dios me ama con un amor eterno- un amor que nunca se acaba. Es un amor incomparable con todo lo demás, y es tuyo.
2. Tenemos Una Salvación Eterna Isaías 45:17 “Israel será salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzareis ni os afrentareis, por todos los siglos. “Hermanos, esta misma promesa hecha a Israel, es la misma promesa que tenemos cuando depositamos nuestra confianza, nuestra fe en la muerte substitutoria del Señor Jesucristo. Entienda esto, cuando el Señor Jesús toco su alma con la Palabra de Dios y usted fue convencido de su pecado y paso públicamente para recibir a Cristo- en ese momento usted recibió UNA SALVACION ETERNA.
3. Ya nos somos CONDENADOS! - el mundo puede explotar en crisis- puede desarrollarse cualquier guerra en el mundo.- pude morir la gente de pestes.- puede usted ser afectado con cáncer pero usted se goza porque un día veras a Cristo cara a cara!!y usted dirá como dijo Job, “Yo sé que mi Salvador vive! ”Y nada te puede quitar la salvación que Cristo te ha regalado por la fe.    Una religión no salva, una experiencia no salva-es un encuentro personal con el Creador del universo! Tenemos Un Gozo Eterno.    El cristiano no solamente tiene el amor eterno de Dios. No solamente tiene una salvación eterna. El cristiano también tiene un gozo perpetuo.           Isaías 35:10“Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido. “Hermano, no hay lugar en la iglesia para cristianos amargados! Gozase en el Señor, y empieza a disfrutar la salvación que Cristo te ha dado.
4.         Tenemos Una Consolación Eterna 2 Tesalonicenses 2:16“Y el mismo Jesucristo Señor nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte nuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.”
BUSCA TU MILAGRO
En nuestras vidas nunca sabemos cuántos milagros vamos a necesitar. Un milagro no es la suspensión de una ley natural sino la implementación de una ley superior. Una vez, un gran hombre de Dios declaró que los milagros pasan cerca de nosotros todos los días. Y yo estoy aquí  para decirle que ya es hora de que esto cambie. Es tiempo de que los milagros dejen de pasar cerca de nosotros y se comiencen a manifestar en nuestras vidas, en nuestros hogares, en nuestras familias, en nuestros negocios o trabajos, en nuestras iglesias y en nuestras comunidades. Llegó el momento de que esperemos milagros todo el tiempo, que estemos a la expectativa de lo extraordinario que Dios realizará… y que rechacemos la naturaleza pervertida. En Jueces 6:13, Gedeón  declaró lo siguiente: «…si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado…».Esa pregunta aún persiste el día de hoy. En la Iglesia, en general, las personas no son testigos de los milagros, tampoco los ven en su diario vivir. Entonces ¿dónde están todos esos milagros? ¿En realidad existen? ¿Acaso Dios ya no está dispuesto a intervenir en nuestras vidas?
Dios todavía es Dios  Mis hermanos y hermanas, los milagros no suceden de la nada. Usted y yo debemos provocar que se manifiesten. Debemos activarlos mediante nuestra cooperación con Dios. Sólo rindiéndonos a Él, Su poder sobrenatural se manifestará a nuestro favor e invalidará las circunstancias naturales que enfrentamos en esta vida.En Gálatas 3:5 leemos: «Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?». En otras palabras, Dios es el único que nos provee de Su Espíritu, y Su poder sobrenatural aún se encuentra realizando milagros entre nosotros.  Amados usuarios y usuarias  El término Dios  significa: “Aquel que debe ser adorado por tener habilidades sobrenaturales”. Profundicemos un poco más, y descubramos qué quiere decir la palabra sobrenatural: “Lo que va más allá de la ley y del poder natural”. Así que nos referimos a Quien debe ser adorado por tener habilidades que van más allá de la ley y del poder de este mundo natural en el que vivimos. Por esa razón, la Biblia se encuentra llena de escrituras como Mateo 19:26, en la cual leemos: «…Para los hombres esto es imposible; más para Dios todo es posible». Lucas 1:37: «porque nada hay imposible para Dios». Marcos 9:23: «Si puedes creer, al que cree todo le es posible».  La mayoría de personas en nuestro mundo escogen vivir por sus propios recursos limitados e intentan vivir a su manera, y no desean depender de Dios. Sin embargo, como creyentes, al momento que decidimos ser cristianos, fuimos llamados a vivir en el reino donde todo es posible. Dimos un paso de lo imposible para el ser humano (el reino natural), a lo posible con el Dios todopoderoso (el reino sobrenatural).Es maravilloso que hayamos tomado ese paso; mas según lo que estudiaremos, existen cosas que necesitamos saber, y recordar  de manera continua; si queremos andar en  este ámbito milagroso con el Señor. Debemos permitirle ser Dios sobre nuestra vida. ¡No retenga su paz!  Para comprender cuán importantes somos,  veamos un milagro que se encuentra en Lucas 18, comencemos con los versículos del 35 al 39.Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. Y le dijeron que pasaba Jesús Nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Primero observe que el hombre ciego estaba mendigando. Si no aprendemos a rendirnos al poder de Dios, Satanás hará que durante el resto de nuestra vida mendiguemos. Y esto no debe ser así, pues nuestro Padre ya preparó cada provisión en el cielo y en la Tierra para que no tuviéramos que mendigar ni un día de nuestra existencia. Sinceramente, yo comparo a este ciego con  muchos cristianos que no conocen los derechos de su pacto; y como resultado, permanecen en la posición de un mendigo.  “¿Acaso no deseas sanarme, Dios?”.Y ésa no es nuestra posición en el pacto de sangre. Dios mismo nos declaró que debíamos recordarle Su pacto (Isaías 43:26), y demandar Su poder. Tenemos el derecho a vivir en sanidad, prosperidad y que nuestros hijos anden en los caminos del Señor, ¡pues poseemos un pacto! Cuando el hombre ciego escuchó toda la conmoción de la multitud que pasaba, él gritaba para saber qué estaba sucediendo. ¿Qué le respondía a la gente?“¡Jesús de Nazaret está pasando por aquí!”. Mi amigo, mi hermano, Jesús pasa todos los días , a nuestro lado. De hecho, si usted es cristiano, Él se encuentra en su interior ahora mismo. No obstante, si deseamos un milagro es necesario que actuemos. Debemos cumplir nuestra parte. En este caso, el hombre ciego comenzó a gritar:«…¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!...».Después de suplicarle a Jesús; observe la reacción de las personas que se encontraban a su alrededor. En el versículo 39 leemos que las personas lo reprendían y le decían que se callara. Ahora, así como en aquel entonces, las organizaciones religiosas han tratado de mantenernos alejados de los milagros. Y lo sé, pues a mí me sucedió. Las tradiciones religiosas me mantuvieron lejos del bautismo del Espíritu Santo y de la sanidad. Quizá éstas me mantenían alejado del infierno; sin embargo, muy alejado del cielo también.Entonces tenemos a un hombre ciego que “vio” su milagro pasar; no obstante, los  religiosos no podían verlo. Sus ojos naturales no se los permitían; sin embargo, el hombre ciego lo vio claramente en su espíritu, con los ojos de la revelación. Y lo que él vio, los religiosos se lo negaron. Pero esto no lo detuvo, él gritó más fuerte, y con más intensidad. Hemos visto que el hombre ciego cumple su parte en este milagro, ahora estudiemos qué hace Dios: Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios. —Lucas 18:40-43  En medio de una multitud ruidosa, Jesús escuchó una voz distinta: la voz de la fe. Cuando la escuchó,  se detuvo. Jesús no ha  cambiado, Él es el mismo (Hebreos 13:8). Cada vez que Él escucha la voz de la fe, se detiene. Cuando alguien habla en fe, llama Su atención. Él debe detenerse, pues se encuentra bajo órdenes divinas. La voz de la fe demanda Su poder. Entonces una vez que pedimos que el poder de Dios se manifieste, Jesús se detiene… pero ahora vea lo que Él hace: «…Jesús entonces, deteniéndose, mandó…».
Cuando pedimos algo, Dios da una orden a nuestro favor. Él libera poder sobrenatural para cambiar las situaciones naturales y pervertidas, provocando que éstas se alineen con lo que creemos. Su poder se somete a nuestra fe. Como ve, Dios mismo se ha dispuesto para que nuestra fe lo controle a Él, así como también a todos Sus recursos en el cielo. Usted y yo tenemos la habilidad de lograr que Dios y todo el cielo obren; en cualquier momento: en el supermercado, en el carro, en la casa, en el patio o en el trabajo.
Por tanto, Jesús no pudo ir a ningún lado ese día, ni realizar nada más; sino hasta después de que respondió a la voz de fe que clamaba por Él. Sólo reciba  .Después de que el ciego fue traído delante de Él, le preguntó: «… ¿Qué quieres que te haga?...».  Observe que Él no dijo: “Permíteme ver qué puedo hacer por ti”. O “Claro, deseo ayudarte, pero no te dejes llevar por la emoción”. No, Jesús no le puso límites a su petición. De hecho, los límites dependían del ciego. Entonces le pidió a  Jesús: «…Señor, que reciba la vista…». A lo que Jesús respondió: «…Recíbela, tu fe te ha salvado». Recibir, sólo necesitamos recibir. Hoy en día, los cristianos carecen de muchas cosas, pues no reciben —y no debería ser así—. Como creyentes, tendríamos que gozar de tanta libertad, al punto que las personas sean atraídas constantemente hacia nosotros. Y ¿por qué no? Si nosotros poseemos algo que puede captar la atención de Jesús, el que obra milagros, en cualquier momento… y por cualquier razón. Mi hermano y hermana, Jesús se detuvo en Jericó el día que Él escuchó la voz de la fe. Esa voz lo detuvo en su camino. No necesitó pensar u orar al respecto. Él no tenía opción, debía responder; pero la clave fue la fe. Jesús no utiliza Su poder milagroso al azar. Él necesita una invitación de fe. Si no la tiene, pasará de largo. Muchos milagros se han alejado de nosotros, pues aunque Jesús se manifieste entre nosotros lo hemos dejado pasar sin llamarlo con la voz de la fe que se necesita para detenerlo. ¡Deténgalo! No permita que Jesús sólo pase a su lado. Hable palabras de fe, llore, grite, hágalo con más intensidad si es necesario; pero hágalo con ¡la voz de la Fe! Y una vez que Jesús se detenga, no retroceda. No lo limite, o no se limite a sí mismo. Vaya y dígale lo que desea obtener de Él. Luego reciba. Sí, nosotros le servimos a un Dios que obra milagros, y las bendiciones del cielo se manifiestan en nosotros. Sin embargo, recibir su milagro depende de usted. Por tanto, no permita que Jesús pase de largo. ¡Deténgalo!
Amigo, amiga tu que me estas escuchando en esta mañana tu que no tienes al señor en tu corazón , tú que aún no lo has confesado , te digo que hoy es tu día , hoy es el momento, mañana puede ser tarde. Dios salva y nos da nueva vida, cambia la dirección de tu vida confía en Cristo y confiésalo hoy como tu eterno salvador, dice la palabra en Romanos 10:9,10y11 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.  Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Amigos, amigas  el cambio el rumbo de muchas vidas incluyendo la mía, pruébame dice el señor. Si aceptaste la invitación del señor repite conmigo esta breve oración “Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.”
Hermano, hermana si aceptaste la invitación te felicito y seas bienvenido a la familia más feliz de la tierra. Padre eterno, Espíritu Santo, Jesús de Nazaret Señor lávanos con tu sangre preciosa y límpianos con tu poder, convierte a cada uno de nosotros en esa pieza de lujo que tu quieres manejar, para que de alguna forma y manera que solo tú conoces señor eterno, podamos   servirte y agradarte, llevando paz y bendiciones a los hogares , a nuestros lugares de trabajo, a los liceos,  escuelas, centros educativos en general, a las fábricas, a  cualquier institución donde estemos laborando, en el hospital , en la cárcel en cualquier rincón donde estemos, para cumplir con tu mandato Padre eterno , gracias por ese instructivo maravilloso que nos guía para cumplir con el gran mandamiento que nos encomendaste, el cual es predicar tu palabra y llevar a todo aquel que se había perdido, al camino de la gloria para que no se pierda  más tenga vida eterna Amen.

martes, 1 de abril de 2014


   VIENDO LOS MILAGROS Gálatas 3:5 leemos: «Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?». En otras palabras, Dios es el único que nos provee de Su Espíritu, y Su poder sobrenatural aún se encuentra realizando milagros entre nosotros.  Amados usuarios y usuarias atas 3:5 leemos: «Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?». 
En nuestras vidas nunca sabemos cuántos milagros vamos a necesitar. Un milagro no es la suspensión de una ley natural sino la implementación de una ley superior. Una vez, un gran hombre de Dios declaró que los milagros pasan cerca de nosotros todos los días. Y yo estoy aquí  para decirle que ya es hora de que esto cambie. Es tiempo de que los milagros dejen de pasar cerca de nosotros y se comiencen a manifestar en nuestras vidas, en nuestros hogares, en nuestras familias, en nuestros negocios o trabajos, en nuestras iglesias y en nuestras comunidades. Llegó el momento de que esperemos milagros todo el tiempo, que estemos a la expectativa de lo extraordinario que Dios realizará… y que rechacemos la naturaleza pervertida. En Jueces 6:13, Gedeón  declaró lo siguiente: «…si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado…».Esa pregunta aún persiste el día de hoy. En la Iglesia, en general, las personas no son testigos de los milagros, tampoco los ven en su diario vivir. Entonces ¿dónde están todos esos milagros? ¿En realidad existen? ¿Acaso Dios ya no está dispuesto a intervenir en nuestras vidas?
Dios todavía es Dios  Mis hermanos y hermanas, los milagros no suceden de la nada. Usted y yo debemos provocar que se manifiesten. Debemos activarlos mediante nuestra cooperación con Dios. Sólo rindiéndonos a Él, Su poder sobrenatural se manifestará a nuestro favor e invalidará las circunstancias naturales que enfrentamos en esta vida.En Gálatas 3:5 leemos: «Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?». En otras palabras, Dios es el único que nos provee de Su Espíritu, y Su poder sobrenatural aún se encuentra realizando milagros entre nosotros.  Amados usuarios y usuarias  El término Dios  significa: “Aquel que debe ser adorado por tener habilidades sobrenaturales”. Profundicemos un poco más, y descubramos qué quiere decir la palabra sobrenatural: “Lo que va más allá de la ley y del poder natural”. Así que nos referimos a Quien debe ser adorado por tener habilidades que van más allá de la ley y del poder de este mundo natural en el que vivimos. Por esa razón, la Biblia se encuentra llena de escrituras como Mateo 19:26, en la cual leemos: «…Para los hombres esto es imposible; más para Dios todo es posible». Lucas 1:37: «porque nada hay imposible para Dios». Marcos 9:23: «Si puedes creer, al que cree todo le es posible».  La mayoría de personas en nuestro mundo escogen vivir por sus propios recursos limitados e intentan vivir a su manera, y no desean depender de Dios. Sin embargo, como creyentes, al momento que decidimos ser cristianos, fuimos llamados a vivir en el reino donde todo es posible. Dimos un paso de lo imposible para el ser humano (el reino natural), a lo posible con el Dios todopoderoso (el reino sobrenatural).Es maravilloso que hayamos tomado ese paso; mas según lo que estudiaremos, existen cosas que necesitamos saber, y recordar  de manera continua; si queremos andar en  este ámbito milagroso con el Señor. Debemos permitirle ser Dios sobre nuestra vida. ¡No retenga su paz!  Para comprender cuán importantes somos,  veamos un milagro que se encuentra en Lucas 18, comencemos con los versículos del 35 al 39.Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. Y le dijeron que pasaba Jesús Nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Primero observe que el hombre ciego estaba mendigando. Si no aprendemos a rendirnos al poder de Dios, Satanás hará que durante el resto de nuestra vida mendiguemos. Y esto no debe ser así, pues nuestro Padre ya preparó cada provisión en el cielo y en la Tierra para que no tuviéramos que mendigar ni un día de nuestra existencia. Sinceramente, yo comparo a este ciego con  muchos cristianos que no conocen los derechos de su pacto; y como resultado, permanecen en la posición de un mendigo.  “¿Acaso no deseas sanarme, Dios?”.Y ésa no es nuestra posición en el pacto de sangre. Dios mismo nos declaró que debíamos recordarle Su pacto (Isaías 43:26), y demandar Su poder. Tenemos el derecho a vivir en sanidad, prosperidad y que nuestros hijos anden en los caminos del Señor, ¡pues poseemos un pacto! Cuando el hombre ciego escuchó toda la conmoción de la multitud que pasaba, él gritaba para saber qué estaba sucediendo. ¿Qué le respondía a la gente?“¡Jesús de Nazaret está pasando por aquí!”. Mi amigo, mi hermano, Jesús pasa todos los días , a nuestro lado. De hecho, si usted es cristiano, Él se encuentra en su interior ahora mismo. No obstante, si deseamos un milagro es necesario que actuemos. Debemos cumplir nuestra parte. En este caso, el hombre ciego comenzó a gritar:«…¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!...».Después de suplicarle a Jesús; observe la reacción de las personas que se encontraban a su alrededor. En el versículo 39 leemos que las personas lo reprendían y le decían que se callara. Ahora, así como en aquel entonces, las organizaciones religiosas han tratado de mantenernos alejados de los milagros. Y lo sé, pues a mí me sucedió. Las tradiciones religiosas me mantuvieron lejos del bautismo del Espíritu Santo y de la sanidad. Quizá éstas me mantenían alejado del infierno; sin embargo, muy alejado del cielo también.Entonces tenemos a un hombre ciego que “vio” su milagro pasar; no obstante, los  religiosos no podían verlo. Sus ojos naturales no se los permitían; sin embargo, el hombre ciego lo vio claramente en su espíritu, con los ojos de la revelación. Y lo que él vio, los religiosos se lo negaron. Pero esto no lo detuvo, él gritó más fuerte, y con más intensidad. Hemos visto que el hombre ciego cumple su parte en este milagro, ahora estudiemos qué hace Dios: Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios. —Lucas 18:40-43  En medio de una multitud ruidosa, Jesús escuchó una voz distinta: la voz de la fe. Cuando la escuchó,  se detuvo. Jesús no ha  cambiado, Él es el mismo (Hebreos 13:8). Cada vez que Él escucha la voz de la fe, se detiene. Cuando alguien habla en fe, llama Su atención. Él debe detenerse, pues se encuentra bajo órdenes divinas. La voz de la fe demanda Su poder. Entonces una vez que pedimos que el poder de Dios se manifieste, Jesús se detiene… pero ahora vea lo que Él hace: «…Jesús entonces, deteniéndose, mandó…».
Cuando pedimos algo, Dios da una orden a nuestro favor. Él libera poder sobrenatural para cambiar las situaciones naturales y pervertidas, provocando que éstas se alineen con lo que creemos. Su poder se somete a nuestra fe. Como ve, Dios mismo se ha dispuesto para que nuestra fe lo controle a Él, así como también a todos Sus recursos en el cielo. Usted y yo tenemos la habilidad de lograr que Dios y todo el cielo obren; en cualquier momento: en el supermercado, en el carro, en la casa, en el patio o en el trabajo.
Por tanto, Jesús no pudo ir a ningún lado ese día, ni realizar nada más; sino hasta después de que respondió a la voz de fe que clamaba por Él. Sólo reciba  .Después de que el ciego fue traído delante de Él, le preguntó: «… ¿Qué quieres que te haga?...».  Observe que Él no dijo: “Permíteme ver qué puedo hacer por ti”. O “Claro, deseo ayudarte, pero no te dejes llevar por la emoción”. No, Jesús no le puso límites a su petición. De hecho, los límites dependían del ciego. Entonces le pidió a  Jesús: «…Señor, que reciba la vista…». A lo que Jesús respondió: «…Recíbela, tu fe te ha salvado». Recibir, sólo necesitamos recibir. Hoy en día, los cristianos carecen de muchas cosas, pues no reciben —y no debería ser así—. Como creyentes, tendríamos que gozar de tanta libertad, al punto que las personas sean atraídas constantemente hacia nosotros. Y ¿por qué no? Si nosotros poseemos algo que puede captar la atención de Jesús, el que obra milagros, en cualquier momento… y por cualquier razón. Mi hermano y hermana, Jesús se detuvo en Jericó el día que Él escuchó la voz de la fe. Esa voz lo detuvo en su camino. No necesitó pensar u orar al respecto. Él no tenía opción, debía responder; pero la clave fue la fe. Jesús no utiliza Su poder milagroso al azar. Él necesita una invitación de fe. Si no la tiene, pasará de largo. Muchos milagros se han alejado de nosotros, pues aunque Jesús se manifieste entre nosotros lo hemos dejado pasar sin llamarlo con la voz de la fe que se necesita para detenerlo. ¡Deténgalo! No permita que Jesús sólo pase a su lado. Hable palabras de fe, llore, grite, hágalo con más intensidad si es necesario; pero hágalo con ¡la voz de la Fe! Y una vez que Jesús se detenga, no retroceda. No lo limite, o no se limite a sí mismo. Vaya y dígale lo que desea obtener de Él. Luego reciba. Sí, nosotros le servimos a un Dios que obra milagros, y las bendiciones del cielo se manifiestan en nosotros. Sin embargo, recibir su milagro depende de usted. Por tanto, no permita que Jesús pase de largo. ¡Deténgalo!

Amigo, amiga tu que me estas escuchando en esta mañana tu que no tienes al señor en tu corazón , tú que aún no lo has confesado , te digo que hoy es tu día , hoy es el momento, mañana puede ser tarde. Dios salva y nos da nueva vida, cambia la dirección de tu vida confía en Cristo y confiésalo hoy como tu eterno salvador, dice la palabra en Romanos 10:9,10y11 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.  Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Amigos, amigas  el cambio el rumbo de muchas vidas incluyendo la mía, pruébame dice el señor. Si aceptaste la invitación del señor repite conmigo esta breve oración “Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” 
Las objeciones de Moisés para llegar a ser el libertador de Israel. Moisés tenía varias razones por las cuales sentía que no era el hombre adecuado para la tarea que Dios quería que hiciera. Leamos los primeros dos versículos de este capítulo 4 de Éxodo: Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová.Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. En los días venideros Moisés utilizaría la vara en muchas maneras diferentes. Llegaría a ser su símbolo de autoridad y un testimonio a Israel y a Egipto de la presencia de Dios con Moisés. También le serviría como una fuente de fuerza a Moisés mismo. El versículo 3, nos dice: 3 Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. Cuando Moisés echó en tierra la vara, ésta se convirtió en un monstruo vicioso. Note usted que no hay poder en la vara misma, porque es simplemente un instrumento que puede ser usado por Satanás tanto como por Dios. ÉXODO 4:4  Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano. Dios llamó a Moisés para librar a los hijos de Israel de la esclavitud en Egipto. Lo entrenó por cuarenta años en el desierto, y lo comisionó en la zarza ardiente. Este hombre, que en una ocasión estuvo tan ansioso que se adelantó a Dios, ahora está maldispuesto a aceptar su oficio dado por Dios como libertador. Empezó poniendo objeciones ante Dios y Dios puso una vara en su mano. Moisés aprende que cuando la vara se usa según la voluntad de Dios, y en la mano de un hombre que sea entregado a Dios, llega entonces a ser un símbolo de autoridad. Además de la vara, sin embargo, Dios le da a Moisés otra muestra de confianza, y le enseña una lección importante cuando está a punto de asumir la gran responsabilidad de guiar a Israel en su salida de Egipto. Leamos los versículos 6 al 8 de este capítulo 4 de Éxodo:Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. El gran mensaje aquí es para Moisés en particular. Su seno habla de su vida interior.
Proverbios 4:23 dice: 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Moisés metió su mano en el seno (el corazón), simbolizando que la mano haría lo que manda el corazón. Dios quería poner la vara en la mano de un hombre entregado a Él. Ahora quiere que la mano de Moisés esté de acuerdo con su corazón. El Señor hizo esta declaración en Mateo 7:17: MATEO 7:17  17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. Luego, en el evangelio según San Lucas, capítulo 6, versículo 45, el Señor dice: LUCAS 6:45 45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Dios está diciéndole a Moisés que Él quiere tanto su mano como su corazón. Dios está diciéndonos a nosotros lo mismo hoy en día. Dios no quiere nuestro dinero ni nuestros talentos. Dios nos quiere a nosotros mismos, a usted y a mí, amigo oyente. Si nos tiene a nosotros, entonces tendrá también todo lo demás. Moisés pues, metió su mano en su seno y su mano salió leprosa. La metió de nuevo en su seno, y salió limpia. De su corazón saldrá al fin lo que realmente es. Dios quería poner aquella vara en la mano de un hombre que fuera completamente entregado a Él. Dios quería que aquella mano del hombre se moviera en la misma dirección que Él movería su corazón.

Esta es la gran lección que Dios tenía para Moisés, para los hijos de Israel, y también para nosotros hoy en día. Veamos ahora, el versículo 10 de Éxodo capítulo 4: 10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Moisés ofrece ahora otra objeción. Dice: “Señor, se necesita de un orador elocuente para esta tarea, y yo no hablo bien”. Claro que Moisés era capaz de hablar cuando llegaba la hora de hablar, pero aquí da una excusa. Dice que se siente inadecuado. Leamos los versículos 11 y 12: 11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? 12 Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. Dios está diciéndole a Moisés que no quiere tan sólo su mano, sino también su boca. Promete estar con la boca de Moisés, y enseñarle lo que debe hablar. Del corazón mana la vida y lo que está en el pozo del corazón saldrá por el cubo de la boca. Dios quería el corazón de Moisés, pero Moisés todavía pone otra objeción. Escuchemos lo que él presenta como excusa en el versículo 13: 13 Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar. Moisés trató de hallar un substituto. Y llegamos aquí a otro aspecto importante. Aarón llega a ser el vocero de Moisés. Leamos los versículos 14 al 16: 14 Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón.15 Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.16 Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.  Moisés se equivocó mucho al pedir a Dios un vocero. Dios lo permitió, pero no quería una comandancia dividida. Usted notará que esto causó serios problemas a los hijos de Israel al viajar a través del desierto. Aarón se ocupó en hacer un becerro de fundición para la adoración de Israel mientras que Moisés estaba en el Monte de Sinaí. Esta fue una equivocación terrible de parte de Aarón, y fue resultado de una comandancia dividida. Otros problemas se dejan ver en el libro de Números. Dios no necesitaba a Aarón para la tarea de librar a los hijos de Israel; sólo necesitaba a Moisés. Moisés estaba maldispuesto a confiar en Dios en todo, y entonces Dios tuvo que enviar otro hombre con él. Amigo oyente, nosotros necesitamos reconocer nuestra debilidad, pero cuando Dios nos llama a hacer un trabajo, debemos responder con confianza.
Dios nos capacita para hacer la tarea que Él nos llama a hacer. Leamos ahora los versículos 17 al 18 17 Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.18 Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz. En el versículo 19, Dios da buenas noticias en cuanto a sus enemigos en Egipto: 19 Dijo también Jehová a Moisés en Madián: Ve y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte. Notamos aquí que hay un nuevo Faraón en Egipto. El padre egipcio de Moisés, por adopción, ya ha muerto, y Moisés puede ahora volver sin peligro a Egipto. En los versículos 20 y 21 vemos a Moisés emprendiendo el viaje de regreso a Egipto; 20 Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.21 Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo. El hecho de que Dios dice que Él endurecerá el corazón de Faraón siempre ha presentado un problema. Este problema surge de nuevo cuando consideremos las plagas y lo estudiaremos en más detalle. Estamos seguros de que llegaremos a una solución satisfactoria.
 Los versículos 22 y 23, dicen: 22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito. Dios era muy clemente en Sus tratos con Faraón, y con los egipcios. Le dijo a Faraón en el principio de la contienda: “O dejas ir a Mi hijo Israel, o mataré a tu hijo, tu primogénito”. Dios envió muchas plagas antes de dar muerte al hijo primogénito de Faraón, dándole tiempo amplio para que reconociera al Dios verdadero y dejara salir a Israel, pero Faraón no aprovechó la oportunidad. Ahora, el versículo 24, dice: :24 Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo. Este es un versículo extraño, pero revela la tercera objeción verdadera de Moisés. Había descuidado el circuncidar a sus hijos. La circuncisión era la evidencia o el sello del pacto que Dios había hecho con Abraham. Si Moisés proclamaba la voluntad de Dios para otros, él también tenía que ser obediente a la voluntad de Dios. Y Dios tuvo que recordarle forzosamente a Moisés de su desobediencia. Ahora, los versículos 25 y 26, dicen:25 Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre.26 Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión. Es difícil comprender este incidente, y debemos volver nuestros pasos un poco para examinar el problema. Cuando Moisés huyó como fugitivo de Egipto, fue a la tierra de Madián. Los madianitas eran los descendientes de Abraham y Cetura. Esta gente era monoteísta. No eran idólatras, sino que adoraban a un solo Dios. Moisés pues, se sintió como si estuviera en su casa con esta gente. Moisés se hizo muy amigo del sacerdote de Madián, el cual tenía siete hijas. Moisés se casó con una de las hijas llamada Séfora. En el principio, Dios bendijo el hogar de Moisés. Su primer hijo, Gerson, que significa “forastero”, nació en Madián. Moisés había sido forastero en esa tierra, pero llegó a ser su hogar. Moisés fue rechazado por sus hermanos en Egipto. Ahora, Cristo también fue rechazado por el mundo. Moisés halló una esposa en Madián. Cristo también está hoy buscando Su esposa. La historia de José en Génesis establece un paralelo con la de Moisés y Cristo. Hay unos retratos gozosos en la Palabra de Dios que nos enseñan verdades preciosas. Si esta fuera toda la historia de la vida matrimonial de Moisés, tendríamos que concluir que todo andaba bien.
Lamentablemente, hubo un problema. Dios llamó a Moisés en la zarza ardiente, y lo comisionó para ir a Egipto. Faraón ya había muerto, y Moisés podía regresar sin peligro. Después de la circuncisión de su hijo, Moisés siguió sólo a Egipto y los demás de su familia se quedaron en Madián. Más tarde, Jetro el suegro de Moisés llevó a Séfora hasta donde estaba Moisés y fueron entonces, reconciliados. Leamos los versículos 27 al 31 : 27 Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.28 Entonces contó Moisés a Aarón todas las palabras de Jehová que le enviaba, y todas las señales que le había dado.29 Y fueron Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel.30 Y habló Aarón acerca de todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo.31 Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron. Por fin, los hijos de Israel deciden allegarse a Dios en fe. Y será precisamente sobre esta base de la fe que Dios les sacará de la tierra de Egipto y los conducirá a la tierra que les ha preparado. Y así concluye nuestro estudio de este capítulo 4 de Éxodo.

sábado, 27 de julio de 2013

Tranquila Yo Pago

TRANQUILA YO PAGO
En un reino pequeño, el Rey era reconocido por ser un hombre justo y compasivo; en aquellos tiempos se había establecido una ley muy especial, y el castigo por violar esta ley era recibir 40 azotes. El reo que tenía que ser azotado era atado a una columna donde se le descubría toda la espalda y el ejecutor desde una distancia segura lo azotaba con un azote de cuero que tenían en las puntas unas pequeñas bolitas de metal recubiertas con púas y al tirar el azote las bolitas se incrustaban arrancando la carne. Por lo general, una persona con un estado corporal débil moría antes de que finalice el castigo. Mientras que las personas con estado corporal fuerte sobrevivían pero terminaban con toda la espalda desgarrada, hasta el punto de verse los huesos. Un día la madre del Rey fue quien cometió ese delito, fue juzgada y sentenciada. Por este hecho surgieron dos tipos de opiniones entre el pueblo. Unos decían: El Rey es justo, va a dejar que su madre reciba el castigo por el delito, otros decían: Como el Rey ama a su madre y la va a perdonar. Llegó el esperado día del juicio en donde todos los ciudadanos se juntaron en la entrada del palacio para ver cuál iba a ser la decisión del Rey. El Rey estaba presidiendo el juicio y cuando presentaron las pruebas en contra de su madre, tuvo que dar la sentencia: Aten a esta pecadora en la columna, dijo. Por un lado los ciudadanos decían: el Rey, si es justo, y por otro lado hablaban mal acerca del rey: ¿Cómo es posible que vaya matar a su propia madre? Mientras los soldados llevaban a la madre hacia la columna, el Rey se levantó en silencio, se sacó su corona y empezó a desvestirse, bajó y caminó hacia donde estaba su madre quien temblaba de miedo. La abrazó por su espalda quedándose con ella y dijo: ¡Azoten a esta pecadora! El verdugo al ejecutar la orden, ¿A quién creen que golpeo? Fue el Rey quien recibió el castigo, porque a pesar del delito cometido no podía dejar que ella recibiera el castigo. El Rey amaba de gran manera a su madre, pero también debía ser justo al mismo tiempo. Lo único que Él podía hacer era recibir el castigo en lugar de ella. Esta historia se asemeja al gran amor y la justicia de Dios, al estar sentenciados a un castigo eterno, El bajó de su trono en forma de hombre para ponerse en nuestro lugar como lo dice: Isaías 53:5 Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados. Merecíamos la muerte por nuestros pecados pero a cambio Cristo pagó el precio y con ello nos da paso a tener una relación íntima con Dios, y de disfrutar las bendiciones que él ofrece. ¡Tenemos un valor incalculable, porque valemos la sangre de un Rey! Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.