viernes, 27 de abril de 2012

¿Qué vamos a dar?:Hechos 3:1 al 8 .


¿Qué vamos a dar?: Muchas veces cuando vemos situaciones en la calle, nos da dolor ver a como sufren otras personas. Visitar una cárcel un  hospital,  deprime. Cuando conocemos que alguien necesita de  nosotros tratamos de  ayudarle, cualquier clase de ayuda, tratamos de hacerlo, aun cuando se trata de dinero. A veces pensamos  que si tuviésemos  mucho dinero, lo repartiríamos  entre los pobres e indigentes. Pero, como no lo tenemos, no lo hacemos. Si lo tuviésemos, tal vez pensaríamos  diferente, pero creo que no. entonces por ende nosotros no podemos dar ni ofrecer lo que no tenemos, podemos dar es lo  que tenemos. Leamos la palabra en Hechos  3:1 al 8  .
 Hechos 3:1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.  3:2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.  3:3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna.  3:4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos.  3:5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo.  3:6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.  3:7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos;  3:8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.      
 El nombre de la puerta era “La Hermosa". Esta era una puerta favorita de muchos en la ciudad de Jerusalén, también la llamaban la "Puerta de Nicanor". En el tiempo de Cristo, había muchos limosneros como también leprosos y era costumbre de la gente dar limosna al que lo necesita.  Cuando el mendigo,  vio a Pedro y Juan entrando al  templo, les pidió ayuda. Ellos no podían dar lo que no tenían. Pero si tenían algo de  más valor que el dinero, tenían a Cristo en su corazón. Pero antes de darle lo que tenían, Pedro le dijo, "míranos". ¿Por qué tenía el cojo que mirar a Pedro y Juan para poder recibir de ellos? Dice la palabra de dios en. Isaías 45:22, “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más".  Al igual que este hombre,  nosotros si queremos recibir bendiciones de Dios, hay que esperarlas. Este limosnero, al oír las palabras de Pedro y Juan, pensó que tal vez recibiría de ellos algo especial. Probablemente nunca antes le habían pedido que levantara su vista para saber quién era el que le daba limosna. Me imagino que había algo en el rostro de estos dos personajes que reflejaba amor, compasión, sinceridad y sobre todo, un poder especial que sólo Dios puede dar. el cojo se les quedó mirando,  algo confuso y sin entender lo que estaba sucediendo,   pero al mirar  y ver a Pedro y Juan, demostró que tenía fe,   fe de que recibiría algo de ellos y así fue.  Hermanos y amigos cuando estemos en la iglesia esperemos recibir algo no nos retiremos  sin esperar recibir nada. Así como entramos  así salimos---vacíos, sin haber recibido bendición de parte de Dios.  Cuando adoramos a Dios hay que adorarle en Espíritu y en verdad y hay que esperar de Él sus bendiciones.  El versículo 6 dice: "Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda “Es de imaginarse que habían  muchas  personas con el nombre de Jesús en Israel, por eso Pedro hizo énfasis diciendo que era en el nombre de Jesús, de Nazaret.  Agregando  el nombre de Cristo porque  precisamente en el nombre de Cristo Jesús, el Hijo de Dios, Dios mismo,  sanaría a aquel cojo. No fue ni Pedro ni Juan sino Dios mismo .Pedro y Juan dieron lo que tenían----a Cristo Jesús.

Pero algo más sucedió con el cojo, él tuvo que hacer su parte. En el verso 7 leemos que "y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos". Pedro le extendió la mano al cojo pare que se levantara.  El limosnero  No se quedó cruzado de brazos. El obedeció a . No fue como aquel joven que le pedía a Dios todos los días que le concediera un buen trabajo, pero nunca salía de la casa para ir a buscarlo. El  demostró tener fe. Puso su fe en alguien que no conocía, que no sabía nada ni de Pedro ni de Juan. Entonces el cojo fue sano por la fe, "Y por la fe en su nombre (en Cristo Jesús), a éste que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste  completa sanidad en presencia de todos vosotros".  Entones al cojo se le afirmaron sus pies, empezó a caminar, pero no se conformó con eso, empezó a brincar. Entró en el templo glorificando a Dios por el milagro que le había concedido. Y ¿quién de nosotros no haría lo mismo al experimentar un milagro como el de este personaje bíblico?.
No podemos dar lo que no tenemos;
Dios quiere darnos lo que no tenemos---amor, paciencia, pasión por las cosas de Dios, compasión por los que están perdidos espiritualmente, deseo de servir a Dios y de adorarle;
El espera que demos aquello que El nos dará. No, no tenemos ni plata ni oro, pero lo que tenemos debemos compartirlo---a Cristo Jesús.

cantemos con Marino Cuando allá se pase lista