sábado, 27 de julio de 2013

Tranquila Yo Pago

TRANQUILA YO PAGO
En un reino pequeño, el Rey era reconocido por ser un hombre justo y compasivo; en aquellos tiempos se había establecido una ley muy especial, y el castigo por violar esta ley era recibir 40 azotes. El reo que tenía que ser azotado era atado a una columna donde se le descubría toda la espalda y el ejecutor desde una distancia segura lo azotaba con un azote de cuero que tenían en las puntas unas pequeñas bolitas de metal recubiertas con púas y al tirar el azote las bolitas se incrustaban arrancando la carne. Por lo general, una persona con un estado corporal débil moría antes de que finalice el castigo. Mientras que las personas con estado corporal fuerte sobrevivían pero terminaban con toda la espalda desgarrada, hasta el punto de verse los huesos. Un día la madre del Rey fue quien cometió ese delito, fue juzgada y sentenciada. Por este hecho surgieron dos tipos de opiniones entre el pueblo. Unos decían: El Rey es justo, va a dejar que su madre reciba el castigo por el delito, otros decían: Como el Rey ama a su madre y la va a perdonar. Llegó el esperado día del juicio en donde todos los ciudadanos se juntaron en la entrada del palacio para ver cuál iba a ser la decisión del Rey. El Rey estaba presidiendo el juicio y cuando presentaron las pruebas en contra de su madre, tuvo que dar la sentencia: Aten a esta pecadora en la columna, dijo. Por un lado los ciudadanos decían: el Rey, si es justo, y por otro lado hablaban mal acerca del rey: ¿Cómo es posible que vaya matar a su propia madre? Mientras los soldados llevaban a la madre hacia la columna, el Rey se levantó en silencio, se sacó su corona y empezó a desvestirse, bajó y caminó hacia donde estaba su madre quien temblaba de miedo. La abrazó por su espalda quedándose con ella y dijo: ¡Azoten a esta pecadora! El verdugo al ejecutar la orden, ¿A quién creen que golpeo? Fue el Rey quien recibió el castigo, porque a pesar del delito cometido no podía dejar que ella recibiera el castigo. El Rey amaba de gran manera a su madre, pero también debía ser justo al mismo tiempo. Lo único que Él podía hacer era recibir el castigo en lugar de ella. Esta historia se asemeja al gran amor y la justicia de Dios, al estar sentenciados a un castigo eterno, El bajó de su trono en forma de hombre para ponerse en nuestro lugar como lo dice: Isaías 53:5 Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados. Merecíamos la muerte por nuestros pecados pero a cambio Cristo pagó el precio y con ello nos da paso a tener una relación íntima con Dios, y de disfrutar las bendiciones que él ofrece. ¡Tenemos un valor incalculable, porque valemos la sangre de un Rey! Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

¿CUAL ERA EL AGUIJÓN DE PABLO?

¿CUAL ERA EL AGUIJÓN DE PABLO?

Bienvenidos a su segmento Curiosidades bíblicas.

En esta semana tenemos un tema tan interesante como todos los que tocamos en este segmento. El tema surge de la pregunta al respecto al aguijón de Pablo.

Primeramente leamos lo que dice la Biblia en 2 Corintios 12:7-10

Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.

Sobre el aguijón mencionado en el texto bíblico que hemos leído (2 Cor. 12:7-9), se han ofrecido incontables explicaciones concernientes a la naturaleza de ese aguijón de Pablo en la carne.

Esas explicaciones van del rango desde una tentación incesante, inflexibles oponentes, enfermedades crónicas, como malaria, migrañas, epilepsia, problemas del habla y problemas oculares.

Primeramente, definamos el vocablo aguijón.

El aguijón es el Órgano puntiagudo y penetrante que tienen en el extremo del abdomen los escorpiones y ciertos insectos, como las abejas y avispas. También en sentido figurado se refiere a un estimulo para hacer algo. También se le llama así al instrumento puntiagudo que se utiliza para estimular a los animales de carga.

De manera que Pablo utiliza un el vocablo aguijón en sentido figurado, destacando que para el es un tormento, algo que le es molesto a él para servir a Dios en el ministerio de manera mas eficiente, según el creía.

Creemos que el aguijón que Pablo menciona era un problema físico crónico y debilitante, que le obstaculizaba en su trabajo. Es muy probable que este problema físico consistiera en un problema ocular, de conformidad con lo señalado por él en Gálatas 4:13-15, que dice: “Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos”

Notemos que el mismo Pablo menciona que tenia una enfermedad del cuerpo, por lo cual desechamos la teoría de que era un problema de orgullo o un demonio que lo atormentaba. También tenemos que ver el trasfondo del verso 15, mencionando que los gálatas estaban dispuestos a intercambiar ojos para que Pablo continuara con su labor de manera mas eficiente.

Además, en Gálatas 6:11, Pablo dice: “Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano”; con esto, debemos señalar que Pablo a menudo utilizaba los servicios de un amanuense o escribiente, debido a su problema de visión; sin embargo, trata de escribirle con su propia mano para darle autenticidad a sus señalamientos.

¿De donde provino esa enfermedad? Muchos atribuyen que esa enfermedad es surgió cuando fue interceptado por la luz resplandeciente de la presencia de Jesús, camino a Damasco, mientras perseguía a la iglesia. Ciertamente, los fuertes rayos ultravioletas que provienen de la gloria de Dios, porque la gloria de Dios y el cordero es una lumbrera (Apoc. 21:23); estos fuertes rayos provocaron ceguera a Saulo (Hechos 9:3-8). Es probable que Dios dejara alguna deficiencia, después de que Ananías orara por Saulo para quitarle la ceguera.

PROPOSITO DEL AGUIJON.

La permanencia de esta enfermedad, aun siendo Pablo un fiel testigo de los milagros y las sanidades que Dios había hecho a través de él, este aguijón tenia el propósito de mantener a Pablo en humildad. Cualquiera que haya tenido un encuentro con Jesús y le haya hablado y haya sido comisionado por Él (Hechos 9:2-8) podría, en su estado natural, volverse “engreído” por este increíble encuentro. Pablo era una persona muy autosuficiente, ni siguiera le gustaba pedir o ser mantenido (1 Tes. 2:9 y 2 Tes. 3:8); incluso, se dedicaba tenia su profesión para no tener que recibir el sustento de parte de otros (Hechos 18:3). También, su mismo carácter autosuficiente lo llevo a separarse del compañero ministerial que Dios le dio (Hechos 15:36-39). Sin duda que este aguijón lo mantuvo humillado, recordándole su necesidad de mantenerse en contacto directo con Dios y beneficiar a todos los que estuvieran a su alrededor, por medio de lo que vieran que Dios hacia en su vida.

SOBRE EL MENSAJERO DE SATANTAS. Pablo consideraba como un mensajero de Satanás; lo cual no descalifica la teoría de la enfermedad, ya que Dios permitió que Satanás atormentara a Job (Job 1:1-12), Dios permitió a Satanás atormentar a Pablo para los propios buenos propósitos de Dios y siempre dentro de Su perfecta voluntad.

Aunque Dios no le quito la aflicción física, le prometió demostrar su poder en él. el hecho de que el poder de Dios se muestra en gente débil debiera darnos valor. Si reconocemos nuestras limitaciones, no nos sentiremos orgullosos de nosotros mismos. Al contrario, nos volveremos a Dios, buscando el camino para ser más efectivos. Nuestras debilidades no solo nos ayudan a desarrollar nuestro carácter cristiano, sino que también profundizan nuestra adoración, porque al afirmar nuestras debilidades, afirmamos la fortaleza de Dios.

Ministro HILARIO BALIO