SUBE A TU BARCA
Mil bendiciones para todos los lectores de este blog, que las bendiciones de lo alto sobre todos ustedes que la sanidad divina invada los hogares , que la paz de
Dios los ilumine y que el aroma del espíritu santo invada cada rincón , de sus hogares.la palabra que les traemos en el
día de hoy, esta ubicada en dos capítulos , primeramente en Mateo
8:23-27 Y luego
en Mateo 14:22-33
Dice
la palabra del Señor; Mateo 8:23-27 :23 Y entrando él en la barca, sus discípulos
le siguieron.:24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande
que las olas cubrían la barca; pero él dormía. : 25 Y vinieron sus discípulos y
le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! : 26 Él les dijo:
¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los
vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. : 27 Y los hombres se maravillaron,
diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen? Y Mateo
14:22-33. 22
En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a
la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la
multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
24 Y ya la barca estaba en medio de la mar, azotada por las olas; porque el
viento era contrario.25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos
andando sobre el mar. : 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se
turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.27 Pero en seguida
Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28 Entonces le
respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las
aguas para ir a Jesús. : 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y
comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Al momento
Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué
dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33
Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo:
Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Estos
dos Capítulos son muy parecidos, parecen
una repetición el uno del otro, Vamos a comparar y extraer de ellos algunas enseñanzas
en el día de hoy.
En
el Capitulo 8, leemos que el Señor iba en la barca con sus discípulos cuando se
desata la tempestad. El está dormido,
los discípulos se asustan, y lo
despiertan, Jesús se levanta, y reprende
a los vientos y al mar, y dice la palabra que se hace una gran bonanza y ellos quedaron maravillados, preguntándose:
"¿Qué hombre es éste, que aún los vientos y la mar le obedecen?". En el Capitulo 14, Jesús
no está con ellos cuando se desata la tempestad. Están solos. Y existe una diferencia notable: cuando el Señor se acerca
caminando sobre las aguas, era la cuarta vigilia de la noche. Esto indica que
el tiempo que ellos estuvieron en la barca azotados por la tempestad fue
bastante prolongado. Ese día el Señor había multiplicado los panes y los peces,
la gente había comido, se había saciado, y estaba tan maravillados por el milagro,
que habían querido hacerle rey (Juan 6:14 Aquellos hombres entonces, viendo la
señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que
había de venir al mundo. 15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para
apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.). Entonces,
él apresuradamente les dice a los discípulos que suban a la barca y vayan a la
otra ribera, mientras él va al monte. La cuarta vigilia de la noche era la
última, entre las tres y las seis de la mañana. De manera que la estadía en la
mar, desde el anochecer hasta casi el amanecer, con una tempestad terrible, fue
aún más traumática que la primera. En la primera, el Señor iba con ellos, en
cambio ahora no estaba con ellos. En la primera, una vez que se desató la
tempestad, los discípulos le despertaron, y él acalló el viento, y se produjo la paz.
Aquí, en cambio, pasan horas y horas en verdadera agonía porque El no estaba con ellos.
Mis
queridos hermanos y hermanas,
radioescuchas en general, El mar simboliza al mundo, con toda su agitación, sus
problemas y dificultades. La barca en que van los discípulos con el Señor, se
interpreta como el corazón del creyente, donde el Señor ha venido a morar.
Muchas veces el creyente se ve como esa barca siendo azotada por las olas en el
mar tempestuoso. ¿Qué nos sugieren entonces estas dos travesías? Primero : Cuando
nosotros comenzamos a caminar con el Señor, las tempestades que vienen todavía
son pequeñas, y él, sabiendo nuestra debilidad, conociendo nuestra flaqueza, se
asegura de estar allí a mano, de tal manera que apenas nosotros lo despertamos
para que nos socorra, él se levanta y con su voz de mando, acalla la tempestad
y se produce la bonanza. Hermanos ¡Cuántas veces lo hemos vivido así!
En
el capitulo 14, cuando se supone que los
discípulos, tienen más tiempo de andar con él señor -, nos está diciendo que a medida que avanzamos en nuestro caminar
con él, suelen venir situaciones más difíciles. Entonces pareciera ser que el
Señor nos deja solos por momentos, para que suframos lo que significa estar
expuestos al azote de las circunstancias, del mundo que nos agobia, y parece
que ya nos va a inundar, que nuestra vida va a zozobrar o que la barca -la
iglesia- se va a hundir.
A
medida que vamos avanzando con el Señor en este recorrido por el mar que es el
mundo, vamos pasando experiencias cada vez más difíciles, en las cuales aun parece que
perdemos de vista al Señor. Antes le podíamos ver dormido en nuestra casa;
ahora parece que no está. Es una larga noche, expuesto a los vientos y un mar
embravecido.
Hay
otra cosa que llama la atención también en estos pasajes. Si bien es cierto que
algunas dificultades que vivimos los
hijos de Dios se debe muchas veces a que nos apartamos de él, en estos dos episodios los discípulos
van en el camino correcto. En el primero, el Señor va con ellos. En el segundo
caso, él les señala la dirección y les envía adelante. Ellos no se han
extraviado. Esto nos sugiere que algunas experiencias dolorosas no las vivimos
porque nos hayamos apartado del Señor, o porque estemos en rebelión contra
Dios, sino porque él, en su perfecta voluntad, las permite. Así pues, la
tempestad se desató cuando iban en el camino correcto.
Amados
lectores ,en el momento que vivimos esto, en realidad nos es difícil de
aceptar y de entender. Entonces dudamos y nos preguntamos: "¿Estaré
haciendo bien? ¿No me habré apartado? ¿No será que mi corazón engañoso me está
jugando una mala pasada sin que yo me dé cuenta?". Será que el señor: "¿Habrá dejado de
cuidarme? ¿Se habrá cansado de mí, dejándome solo, expuesto a todas las
inclemencias?". Hermanos, hermanas en ocasiones difíciles, es posible tener
estos pensamientos.
Pero
cuidado con esto, lo peor que nos podría pasar es dudar de la bondad y del amor
de Dios. Hermanos estaríamos aceptando la sugerencia del enemigo, que nos dice:
"Él ya no te ama, se olvidó de ti; ya no está contigo, se apartó hace
mucho rato de tu vida. Por eso no lo sientes, por eso no lo ves. No está ni
siquiera durmiendo ahí, apoyado sobre el cabezal". Dios Jamás nos engaña,
ni desea nuestro mal. Si algún azote o alguna tempestad vienen, es por alguna
razón.
En
el capítulo 8, el Señor habla con voz autoritaria, reprende a los vientos y al
mar y se hace grande bonanza. ¡Qué impresionados estaban los discípulos! Ellos
estaban aprendiendo a andar con el Señor. ¡Qué hombre más poderoso! Incluso el
comentario que hacen al final es: "¿Qué hombre es éste, que aun los
vientos y el mar le obedecen?". Están impresionados por su poder. El poder
es algo que impresiona mucho al hombre. Sin embargo, en el capítulo 14, el Señor
tan sólo entra en la barca, y se calma el viento. No hay palabras de poder, no
hay ningún uso de autoridad. Simplemente la presencia del Señor en la barca
detiene el oleaje, y produce la paz.
Hermanos,
nosotros debiéramos valorar mucho más lo que significa que el Señor esté en
nuestra barca. Esto hoy día no es suficientemente valorado en la cristiandad.
Cristo en nuestra barca, en nuestro hogar, en la iglesia, él es todo
suficiente. Toda necesidad se suple cuando él está. El cielo es cielo porque el
Señor está allí. El incrédulo debería decir: "Mi casa es un infierno
porque el Señor no está aquí". Y el religioso debería decir: "Mi
iglesia es un caos porque el Señor no está aquí". Hermanos, Es el Señor
quien hace la diferencia.
Pedro.
Le dijo al señor "Si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas". El quería vivir el milagro de andar sobre las aguas, no sólo ver el milagro, sino ser protagonista de él.
Sin
embargo cuando Pedro va caminando se
comienza a hundir, el Señor le extiende la mano. Me imagino que el sintió que
las aguas se abrían y se lo tragaban, el viento no se detuvo. Solo se
calmó cuando el Señor entró en la barca "Y entonces los que estaban en la barca
vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios".
Amados hermanos, antes de creer, nosotros éramos muy susceptibles a las señales
visibles, a los hechos portentosos. Éramos una réplica de Tomás. "Si tú me
muestras, entonces creeré". Muchos discípulos seguían al Señor Jesús por
las señales que hacía. También nosotros, cuando recién comenzamos a caminar,
éramos muy susceptibles a ver grandes maravillas y cosas portentosas. Sin
embargo, en este segundo episodio, que es como una segunda etapa en el
crecimiento y la madurez del creyente, lo único que se dice es que el Señor
entró para estar con ellos, y eso trajo la paz.
En
el primero, el Señor tuvo que gritar; en el segundo no hizo nada. Sólo subió a
la barca. ¿Dónde exhibió más poder el Señor? Evidentemente, la segunda vez. Ni
siquiera fue necesario hablar. Pero ese hecho desató en los discípulos una
admiración tal que vinieron y se postraron delante de él, diciendo:
"Verdaderamente eres Hijo de Dios".
A
los cristianos que están comenzando les resultaría difícil aceptar que ante una
dificultad el Señor no acudiera inmediatamente en su ayuda. Por eso él trae el
socorro de inmediato. Pero cuando avanzamos un poco en el camino de la fe, a
veces vienen largas horas de espera, de preguntas, de turbulencia, largas horas
de oscuridad. La barca se queda a oscuras, esa noche no hay luna ni estrellas.
Sólo preguntas sin respuesta, problemas sin solución, callejones sin salida. ¿Sabes
por qué te ha ocurrido eso? Porque tú ya has caminado algún tiempo con el
Señor, y es preciso que tú experimentes la soledad, la agonía de tus fuerzas, y
experimentes lo que significa estar sin él. Sin embargo, en el momento preciso,
a la cuarta vigilia de la noche, el Señor viene. Esto ocurre así, para que,
cuando venga su socorro, cuando él te saque del abismo, cuando él rompa tus
cadenas, entonces tú puedas postrarte ante él y decirle: "Hasta ahora, te
había visto como uno que podía expresar su poder en la más mínima dificultad.
Pero ahora que me hiciste esperar, ahora que no tenía explicaciones, que se
amontonaron tantas cosas sobre mí, que nadie me podía explicar por qué todos
los vientos se desataron a una contra mí. Ahora, al comprobar que no soy nada
sin ti, pero que tu sola presencia es suficiente, ahora reconozco que tú eres
el Hijo de Dios".
Y
entonces sentirás que el Señor te dice: "Ya habías caminado lo suficiente
conmigo; ahora podías soportar un poco más. Quise probar tu fe, depurarla, para
que no esté anclada en los milagros, sino en mí y sólo en mí".
Cuando
las multitudes seguían al Señor por las señales que hacía, él no se confiaba de
eso. ¡Cuántos le siguieron después que él multiplicó los panes! Pero bastó que
él les dijera: "El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno
de mí", y la mayoría de ellos se fue.
Amados
hermanos, la barca tuya tal vez esté en el medio del mar azotado por las olas,
el viento es contrario, y estás muy fatigado. Pero míralo a él. Él viene
caminando sobre las aguas. No es necesario que tú intentes caminar sobre las
aguas. No, simplemente invítalo a venir. Dile: "Señor, aquí está mi barca.
Sin ti está vacía, sin ti es como una caja de fósforos en un Río desatado,
inclemente. Si tú vienes, Señor, y te subes a ella, todo estará bien".
Vamos a orar mis queridos y queridas hermanos y hermanas en Cristo Jesús, Padre
de la gloria estamos delante de tu presencia Dios amado para colocar delante de
ti todas las peticiones de nuestros lectores, mira señor aquellos que
están enfermos que tu mano poderosa los
cubra en este momento y comience a ministrar sanidad, levántalos señor de esa
cama, de esa silla, quita esa artritis, sana esa hipertensión, cura esas
celulitis, elimina tumores, sana ese cáncer, quita esas lesiones de articulaciones,
de huesos, sana esos ojos, elimina esas otitis, quita señor esas infecciones y
todas aquellas enfermedades que tu puedas tener, señor mira al
delincuente, al drogadicto, a las prostitutas, señor envíales ángeles padre
para que le prediquen la palabra y que tu espíritu santo, mi señor actué para
que estas personas salgan de ese camino y busquen tu rostro , que ellos puedan
subir a esa barca padre y tengan su redención, señor te pedimos en esta hora
por todos aquellos hermanos que se han apartado de ti, padre santo ellos te
conocen , señor no permitas que ellos se pierdan y se hundan en ese mar,
rescátalos señor dales tu mano para que la bonanza vuelva a sus vidas y esa
tempestad que los azota cese, te pedimos señor en esta hora por todas las
congregaciones, por todos los pastores .
Hermanos les invitamos para que sintonicen todos los lunes de 8 a 9 de la mañana el programa EL PODER DE LA ORACIÓN por Alternativa cristiana 96.FM .numero de contacto 04269580165