jueves, 7 de junio de 2012


SUBE A TU BARCA

Mil bendiciones para todos los lectores de este blog, que las  bendiciones de lo alto  sobre todos ustedes que la sanidad divina invada los hogares , que la paz de Dios los ilumine y que el aroma del espíritu santo invada cada rincón , de sus hogares.la palabra que les traemos en el día de hoy, esta ubicada en dos capítulos , primeramente en  Mateo 8:23-27    Y  luego en Mateo 14:22-33
Dice la palabra del Señor; Mateo 8:23-27    :23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.:24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. : 25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! : 26 Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. : 27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?  Y  Mateo 14:22-33.  22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio de la mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. : 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. : 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.

Estos dos Capítulos son muy  parecidos, parecen una  repetición el uno del otro, Vamos a  comparar y extraer de ellos algunas enseñanzas en el día de hoy.
En el Capitulo 8, leemos que el Señor iba en la barca con sus discípulos cuando se desata la tempestad. El  está dormido, los discípulos se  asustan, y lo despiertan, Jesús  se levanta, y reprende a los vientos y al mar, y dice la palabra que se hace una gran bonanza y ellos  quedaron maravillados, preguntándose: "¿Qué hombre es éste, que aún los vientos y la  mar le obedecen?". En el Capitulo 14, Jesús no está con ellos cuando se desata la tempestad. Están solos. Y existe una  diferencia notable: cuando el Señor se acerca caminando sobre las aguas, era la cuarta vigilia de la noche. Esto indica que el tiempo que ellos estuvieron en la barca azotados por la tempestad fue bastante prolongado. Ese día el Señor había multiplicado los panes y los peces, la gente había comido, se había saciado, y estaba tan maravillados por el milagro, que habían querido hacerle rey (Juan 6:14 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo. 15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.). Entonces, él apresuradamente les dice a los discípulos que suban a la barca y vayan a la otra ribera, mientras él va al monte. La cuarta vigilia de la noche era la última, entre las tres y las seis de la mañana. De manera que la estadía en la mar, desde el anochecer hasta casi el amanecer, con una tempestad terrible, fue aún más traumática que la primera. En la primera, el Señor iba con ellos, en cambio ahora no estaba con ellos. En la primera, una vez que se desató la tempestad, los discípulos le despertaron, y  él acalló el viento, y se produjo la paz. Aquí, en cambio, pasan horas y horas en verdadera agonía porque El  no estaba con ellos.
Mis queridos hermanos  y hermanas, radioescuchas en general, El mar simboliza al mundo, con toda su agitación, sus problemas y dificultades. La barca en que van los discípulos con el Señor, se interpreta como el corazón del creyente, donde el Señor ha venido a morar. Muchas veces el creyente se ve como esa barca siendo azotada por las olas en el mar tempestuoso. ¿Qué nos sugieren entonces estas dos travesías? Primero : Cuando nosotros comenzamos a caminar con el Señor, las tempestades que vienen todavía son pequeñas, y él, sabiendo nuestra debilidad, conociendo nuestra flaqueza, se asegura de estar allí a mano, de tal manera que apenas nosotros lo despertamos para que nos socorra, él se levanta y con su voz de mando, acalla la tempestad y se produce la bonanza. Hermanos ¡Cuántas veces lo hemos vivido así!
En el  capitulo 14, cuando se supone que los discípulos, tienen más tiempo de andar con él señor -, nos está diciendo  que a medida que avanzamos en nuestro caminar con él, suelen venir situaciones más difíciles. Entonces pareciera ser que el Señor nos deja solos por momentos, para que suframos lo que significa estar expuestos al azote de las circunstancias, del mundo que nos agobia, y parece que ya nos va a inundar, que nuestra vida va a zozobrar o que la barca -la iglesia- se va a hundir.
A medida que vamos avanzando con el Señor en este recorrido por el mar que es el mundo, vamos pasando experiencias cada vez  más difíciles, en las cuales aun parece que perdemos de vista al Señor. Antes le podíamos ver dormido en nuestra casa; ahora parece que no está. Es una larga noche, expuesto a los vientos y un mar embravecido.
Hay otra cosa que llama la atención también en estos pasajes. Si bien es cierto que algunas dificultades que vivimos  los hijos de Dios se debe  muchas veces  a que nos apartamos  de él, en estos dos episodios los discípulos van en el camino correcto. En el primero, el Señor va con ellos. En el segundo caso, él les señala la dirección y les envía adelante. Ellos no se han extraviado. Esto nos sugiere que algunas experiencias dolorosas no las vivimos porque nos hayamos apartado del Señor, o porque estemos en rebelión contra Dios, sino porque él, en su perfecta voluntad, las permite. Así pues, la tempestad se desató cuando iban en el camino correcto.
Amados lectores ,en el momento que vivimos esto, en realidad nos es difícil de aceptar y de entender. Entonces dudamos y nos preguntamos: "¿Estaré haciendo bien? ¿No me habré apartado? ¿No será que mi corazón engañoso me está jugando una mala pasada sin que yo me dé cuenta?".  Será que el señor: "¿Habrá dejado de cuidarme? ¿Se habrá cansado de mí, dejándome solo, expuesto a todas las inclemencias?". Hermanos, hermanas en ocasiones difíciles, es posible tener estos  pensamientos.  
Pero cuidado con esto, lo peor que nos podría pasar es dudar de la bondad y del amor de Dios. Hermanos estaríamos  aceptando  la sugerencia del enemigo, que nos dice: "Él ya no te ama, se olvidó de ti; ya no está contigo, se apartó hace mucho rato de tu vida. Por eso no lo sientes, por eso no lo ves. No está ni siquiera durmiendo ahí, apoyado sobre el cabezal". Dios Jamás nos engaña, ni desea nuestro mal. Si algún azote o alguna tempestad vienen, es por alguna razón.
En el capítulo 8, el Señor habla con voz autoritaria, reprende a los vientos y al mar y se hace grande bonanza. ¡Qué impresionados estaban los discípulos! Ellos estaban aprendiendo a andar con el Señor. ¡Qué hombre más poderoso! Incluso el comentario que hacen al final es: "¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?". Están impresionados por su poder. El poder es algo que impresiona mucho al hombre. Sin embargo, en el capítulo 14, el Señor tan sólo entra en la barca, y se calma el viento. No hay palabras de poder, no hay ningún uso de autoridad. Simplemente la presencia del Señor en la barca detiene el oleaje, y produce la paz.
Hermanos, nosotros debiéramos valorar mucho más lo que significa que el Señor esté en nuestra barca. Esto hoy día no es suficientemente valorado en la cristiandad. Cristo en nuestra barca, en nuestro hogar, en la iglesia, él es todo suficiente. Toda necesidad se suple cuando él está. El cielo es cielo porque el Señor está allí. El incrédulo debería decir: "Mi casa es un infierno porque el Señor no está aquí". Y el religioso debería decir: "Mi iglesia es un caos porque el Señor no está aquí". Hermanos, Es el Señor quien hace la diferencia.
Pedro. Le dijo al señor "Si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas". El quería vivir el milagro de andar sobre las aguas, no sólo  ver el milagro, sino  ser protagonista de él.
Sin embargo cuando Pedro va caminando  se comienza a hundir, el Señor le extiende la mano. Me imagino que el sintió que las aguas se abrían y se lo tragaban, el viento no se detuvo. Solo se calmó  cuando el Señor entró en la barca  "Y entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios". Amados hermanos, antes de creer, nosotros éramos muy susceptibles a las señales visibles, a los hechos portentosos. Éramos una réplica de Tomás. "Si tú me muestras, entonces creeré". Muchos discípulos seguían al Señor Jesús por las señales que hacía. También nosotros, cuando recién comenzamos a caminar, éramos muy susceptibles a ver grandes maravillas y cosas portentosas. Sin embargo, en este segundo episodio, que es como una segunda etapa en el crecimiento y la madurez del creyente, lo único que se dice es que el Señor entró para estar con ellos, y eso trajo la paz.
En el primero, el Señor tuvo que gritar; en el segundo no hizo nada. Sólo subió a la barca. ¿Dónde exhibió más poder el Señor? Evidentemente, la segunda vez. Ni siquiera fue necesario hablar. Pero ese hecho desató en los discípulos una admiración tal que vinieron y se postraron delante de él, diciendo: "Verdaderamente eres Hijo de Dios".
A los cristianos que están comenzando les resultaría difícil aceptar que ante una dificultad el Señor no acudiera inmediatamente en su ayuda. Por eso él trae el socorro de inmediato. Pero cuando avanzamos un poco en el camino de la fe, a veces vienen largas horas de espera, de preguntas, de turbulencia, largas horas de oscuridad. La barca se queda a oscuras, esa noche no hay luna ni estrellas. Sólo preguntas sin respuesta, problemas sin solución, callejones sin salida. ¿Sabes por qué te ha ocurrido eso? Porque tú ya has caminado algún tiempo con el Señor, y es preciso que tú experimentes la soledad, la agonía de tus fuerzas, y experimentes lo que significa estar sin él. Sin embargo, en el momento preciso, a la cuarta vigilia de la noche, el Señor viene. Esto ocurre así, para que, cuando venga su socorro, cuando él te saque del abismo, cuando él rompa tus cadenas, entonces tú puedas postrarte ante él y decirle: "Hasta ahora, te había visto como uno que podía expresar su poder en la más mínima dificultad. Pero ahora que me hiciste esperar, ahora que no tenía explicaciones, que se amontonaron tantas cosas sobre mí, que nadie me podía explicar por qué todos los vientos se desataron a una contra mí. Ahora, al comprobar que no soy nada sin ti, pero que tu sola presencia es suficiente, ahora reconozco que tú eres el Hijo de Dios".
Y entonces sentirás que el Señor te dice: "Ya habías caminado lo suficiente conmigo; ahora podías soportar un poco más. Quise probar tu fe, depurarla, para que no esté anclada en los milagros, sino en mí y sólo en mí".
Cuando las multitudes seguían al Señor por las señales que hacía, él no se confiaba de eso. ¡Cuántos le siguieron después que él multiplicó los panes! Pero bastó que él les dijera: "El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí", y la mayoría de ellos se fue.
Amados hermanos, la barca tuya tal vez esté en el medio del mar azotado por las olas, el viento es contrario, y estás muy fatigado. Pero míralo a él. Él viene caminando sobre las aguas. No es necesario que tú intentes caminar sobre las aguas. No, simplemente invítalo a venir. Dile: "Señor, aquí está mi barca. Sin ti está vacía, sin ti es como una caja de fósforos en un Río desatado, inclemente. Si tú vienes, Señor, y te subes a ella, todo estará bien". 
Vamos a orar mis queridos y queridas hermanos y hermanas en Cristo JesúsPadre de la gloria estamos delante de tu presencia Dios amado para colocar delante de ti todas las peticiones de nuestros lectores, mira señor aquellos que están enfermos  que tu mano poderosa los cubra en este momento y comience a ministrar sanidad, levántalos señor de esa cama, de esa silla, quita esa artritis, sana esa hipertensión, cura esas celulitis, elimina tumores, sana ese cáncer, quita esas lesiones de articulaciones, de huesos, sana esos ojos, elimina esas otitis, quita señor esas infecciones y todas aquellas enfermedades que tu puedas tener, señor mira al delincuente, al drogadicto, a las prostitutas, señor envíales ángeles padre para que le prediquen la palabra y que tu espíritu santo, mi señor actué para que estas personas salgan de ese camino y busquen tu rostro , que ellos puedan subir a esa barca padre y tengan su redención, señor te pedimos en esta hora por todos aquellos hermanos que se han apartado de ti, padre santo ellos te conocen , señor no permitas que ellos se pierdan y se hundan en ese mar, rescátalos señor dales tu mano para que la bonanza vuelva a sus vidas  y  esa tempestad que los azota cese, te pedimos señor en esta hora por todas las congregaciones, por todos los pastores .
Hermanos les invitamos para que sintonicen todos los lunes de 8  a 9 de la mañana el programa EL PODER DE LA ORACIÓN   por Alternativa cristiana 96.FM .numero de contacto 04269580165